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lunes, 4 de julio de 2011

Discriminación racial positiva, la punta de lanza de la xenofobia.

                                                                   
Quizá me meta en un jardín, pero aún sabiendo lo delicado del tema, me tiro de cabeza.
Vivimos en una sociedad avanzada, educada, culta y tolerante. Atributos que solo empañan algunos grupos de energúmenos con ideologías, un tanto paranoicas, incubadas en su mente gracias a la incultura de la que se rodean y a su gran debilidad mental.
No obstante, miro preocupado el futuro.
Miro, como gracias al amparo de las leyes, ciudadanos, para mi hasta ahora simpáticos y trabajadores, se vuelven oportunistas y aprovechados.

Estamos acostumbrados a ver, como se incrementan el número de establecimientos comerciales, regentados por ciudadanos chinos. Hasta hoy, lo confieso, los alababa, por llegar a un país tan lejano y culturalmente tan distinto al suyo, y conseguir establecerse a fuerza de esfuerzo y trabajo.
Pero he de reconocer, que hoy se me ha caído un mito. Los primeros valientes que aprovechando la liberalizacíón del mercado, con sus pros y sus contras, se establecieron en España, han dado paso a una serie de caraduras, que bajo el amparo de las leyes se toman esto como su cortijo particular.

Recapitulemos. Lo primero que hay que evitar es caer en engaños de algunas mentiras populares que he oído por ahí. Es falso, que los ciudadanos chinos tengan privilegios con hacienda por montar negocios en España. Si bien, tendrán sus artimañas como cualquier hijo de vecino nacido en este pícaro país.

Disfruto de vez en cuando, de una cena en alguno de sus restaurantes, sin creerme que esté comiendo carne de gato, rata o cualquier otro animalillo que el imaginario popular me quiera hacer creer.

También soy consciente de la riqueza que aportan al país, aunque continuamente se produzcan conflictos de intereses con sus competidores. Conflictos que son ocasionados, en mi humilde opinión, por falta de adaptación al cambio y apuesta clara por la calidad de empresarios acomodados y faltos de creatividad.

Pero lo que no voy a tolerar es que gracias a que nuestros políticos estén más preocupados por sus luchas internas que por los problemas reales de la sociedad, me tomen el pelo y medren a nuestra costa.

En mi constante lucha contra la crisis y sus efectos, sigo buscando un empleo. Me siento preparado, con fuerza, ilusión y ganas de seguir aprendiendo. Pero la realidad es dura, y las oportunidades escasas. No obstante, como seguidor habitual de las ofertas publicadas por los servicios de empleo, llevo viendo el continuo crecimiento de ofertas de empleo de empresas asiáticas.


La pena, es que como requisito piden que se hable chino. Eso siempre me ha frenado bastante, porque mi nivel no se acerca ni siquiera a lo básico, es decir, que no tengo ni idea. Pero hoy me he despertado preguntón, y me he cuestionado los siguientes aspectos,
  • ¿ Para qué, piden chino, si el cliente final es básicamente español ?
  • ¿ Desde cuando un mozo de almacén, tiene que dominar idiomas?
  • ¿Cuanta gente que hable chino, estará dispuesta a trabajar por poco más de mil euros?
  • ¿Que harán, si no encuentran a nadie que cumpla todos los requisitos?
Conclusión, que viendo que cumplía todos los requisitos, excepto el dichoso idioma, estando dispuesto a trabajar de mozo de almacén, a cobrar lo que indicaban en la oferta y estando totalmente convencido que no habría mucha gente inscrita, he acudido a solicitar información.

Las indicaciones de la funcionaria del Servicio Público de Empleo, me han dejado indignado. El incremento de ofertas de empresas chinas, es solo la tapadera, para traer compatriotas con contrato de trabajo. Ellos lanzan ofertas, y como la gente no se presenta por la tara del idioma, alegan que no encuentran el perfil y tienen vía libre para traer familiares y amigos.

Aquí es donde me viene a la cabeza algo que me preocupa desde hace tiempo. Y es que una discriminación positiva, no es más que otra forma de discriminar. Si para favorecer la igualdad, intentamos dar a la mujer una serie de derechos que discriminen al hombre, solo conseguiremos daño colaterales a las personas que no son responsables de esa injusticia histórica.
Si para combatir el racismo, otorgamos unas leyes demasiado blandas, que discriminen al desempleado español, favoreciendo una inmigración, yo diría ilegal, solo conseguiremos vivir en un país que poco a poco se irá convirtiendo en xenófobo.

Lo reconozco, hoy me he sentido mal, conmigo mismo. Me he transformado durante unos minutos en un skinger de esos, que tanto rechazo.

Según las informaciones que he conseguido, a través de la directora de la oficina de empleo, muy amable y atenta, todo hay que decirlo, ya se esta trabajando conjuntamente en un informe que comunique estas practicas a las grandes instancias para intentar cambiar la legislación, pero mientras tanto solo nos queda seguir luchando.

Creo en un mundo tolerante, creo en la igualdad verdadera, sin ningún tipo de discriminación, creo en las personas buenas y la intercultaralidad. Me gusta compartir experiencias con personas de cualquier rincón del mundo, siempre son muy enriquecedoras. Pero, también creo que si queremos resolver el problema del paro en España, tenemos que crear leyes que favorezcan a la mayoría, nada más y nada menos que cinco millones de personas.

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