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domingo, 29 de enero de 2012

Morir matando

Otra prueba más. Parece que no nos queremos dar cuenta hasta que punto estamos llegando en esta sociedad desnaturalizada y que se dice llamar desarrollada.
El mundo desarrollado!!!...........YA.
Menudo desarrollo. Un desarrollo que hace a algunos ofuscarse en su status y permitir, tras una lenta agonía dejar tirados en un aeropuerto a miles de seres humanos, con un billete recién comprado y un avión sin combustible, porque los dirigentes de la compañía aérea no tienen dinero ni para llenar los tanques.
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Asombrado, tras la forma de cancelar sus actividades, me he dedicado a investigar un poco sobre Spanair y la verdad, los resultados no tienen desperdicio.
Nos encontramos ante una compañía que desde 2008, sufre unas perdidas de casi 200 millones de euros al año. Unas perdidas que como es lógico, el cliente no tiene el deber de conocer.
Los que si que conocen, los balances anuales, son sus máximos accionistas. La Generalitat de Catalunya y el ayuntamiento de Barcelona. Accionistas, que aprovechando su posición privilegiada inyectan cada año los millones de euros que necesita la compañía para seguir operando.....¡Como si de un servicio básico para la sociedad se tratara!
Mientras tanto, los administradores siguen cobrando sueldos millonarios e intentando colocar la empresa a cualquier incauto llegado de oriente.
Pero como es obvio, los incautos con dinero cada vez son menos. Hasta los grandes jeques quatarís buscan inversiones rentables, todavía queda alguno que compra equipos de fútbol, pero eso es más ocio que negocios.
Al final, quien sufre las consecuencias de una pésima gestión, son los de siempre. Aquellos que con sus impuestos han mantenido la compañía durante años, hasta que los accionistas han dicho basta.  Los que compran su billete, con la ilusión, necesidad o antojo de viajar, y con la tranquilidad de creer que si Spanair no puede volar, avisaría con tiempo y no vendería billetes. Pero claro, eso sería lo normal.
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La realidad es otra. Esta empresa ha estado vendiendo billetes hasta el último minuto. Hasta dejar a casi 3000 personas desamparadas en las frías salas de embarque de los aeropuertos y otras 4000 personas sin nómina y apuntando a las listas del paro. Todo eso, de un plumazo, sin dar más explicaciones que un triste comunicado, redactado por los propios trabajadores de la empresa, que tienen que dar la cara, a la vista de la cobardía de sus jefes.
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Ahora la Generalitat no subvenciona la empresa, y el Gobierno de España alaba la decisión. Todo muy loable. Pero pienso que han tenido tiempo para hacerlo de forma escalonada, sin más perjuicio que dejar caer una empresa abocada al fracaso y dejar que sus administradores redujeran su cuenta corriente en algún cero. Pero eso sería lo normal.
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Hoy volvemos a la realidad y a esta cultura del mundo desarrollado que prima lo económico por encima de todo. Hasta el punto que Ryanair ofrezca vuelos baratos para los afectados, calificados por FACUA como estafa, pues esta empresa no esta habilitada para reubicar a los pasajeros que se han quedado en tierra.
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Espeluznante en todo caso.

sábado, 28 de enero de 2012

Comisiones, ¿Por qué no?

A todos, hasta a mí mismo, no creáis, se nos ponen los pelos de punta cuando oímos hablar de comisiones bancarias. ¿Quién no ha arrugado el entrecejo y exclamado con malhumor ¡Esto que es!, al ver un cargo en su cuenta en concepto de comisiones?
Las entidades financieras tienen ánimo de lucro, unas para enriquecer a sus accionistas y otras para cumplir con sus objetivos sociales. Pero están para ganar dinero. Por lo que siempre he creído, que lo normal es que una empresa cobre por su trabajo. Entonces pregunto;
  • ¿No cuesta 30 céntimos de euro, un sobre con su sello y la manipulación para que llegue a la casa de un cliente bancario?
  • ¿No cuesta entre 18 o 30 euros anuales el mantener una cuenta bancaria, donde el cliente operé y pueda pagar facturas, cobrar nóminas o sacar e ingresar dinero, según sus necesidades?
  • ¿No cuesta un dinero al año la comodidad de tener una tarjeta?
  • Incluso con todo lo informatizada que esta la gestión en una oficina bancaria, para hacer una transferencia, requiere de cierto trabajo del operario y de un buen mantenimiento tecnológico, para el correcto funcionamiento.
  • O incluso, el riesgo que asume la entidad, pagando a cuenta del cliente y dejando su cuenta al descubierto, no tiene un precio.
Todas estas cuestiones, con sus obvias respuestas, levantan ampollas entre nosotros, y me hacen reafirmarme en la idea, de que las formas son importantes.
Venimos de una época, en que los bancos y cajas de forma totalmente irresponsable, nos han acostumbrado a no cobrar o cobrar muy poco por su verdadero trabajo, cegados por el negocio de hacer dinero fácil, concediendo prestamos excesivos o de dudoso cobro. Ahora, cuando la situación financiera les ha cortado el chollo, de forma repentina, tajante y desmesurada (incluso en algunos aspectos abusiva) nos hacen volver a una realidad que ya habíamos olvidado.
Se han aprovechado de la escasa cultura financiera de este país, y nosotros, los ignorantes lo estamos pagando. Digo ignorantes en el buen sentido de la palabra, como personas que ignoramos algo. Para mí, los culpables, sin duda nuestros políticos. Sin intención de meterme en luchas ideológicas, el sistema educativo ha ido cambiando, evolucionando y modernizándose, hasta límites absurdos. La lucha entre asignaturas tachadas de partidistas, lo único que han conseguido es centrar la atención en cosas banales, eludiendo la cultura financiera. Algo que todo el mundo hace todos los días, como manejar el dinero, en mí opinión merecería una asignatura perenne en nuestro sistema educativo.
Pero aún sin asignatura obligatoria, al final tod@s aprendemos de los errores y los ignorantes van convirtiéndose en expertos. Por eso, volviendo al tema de las comisiones, debemos ser conscientes que un banco no es vulnerable, he comentado que es una empresa y como tal ofrece unos productos y servicios, con un contrato firmado, que el cliente en su pleno derecho puede rechazar. Todo es cuestión de comunicarlo, si es por escrito mejor, y poner una reclamación en caso de omisión de la orden.
Tal vez, muchas de esas comisiones, y hablo en mi caso particular, aún las estamos pagando por comodidad. Para que pago 30 céntimos de euro por carta recibida, si la sucursal esta en los bajos de mi edificio. Maldita pereza....El lunes voy a anular el servicio. Prometido
Saludos y recuerda ''Solo cuando dejamos de prestar atención al dinero, nos preocupamos de las cosas importantes de la vida''.

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