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martes, 5 de marzo de 2024

¿Madrid, donde está?

Es fácil llegar a Madrid desde cualquier punto de España. Las carreteras principales salen y vuelven hasta la misma Puerta del Sol y la red ferroviaria de este país se ha diseñado para que todos los ciudadanos independientemente de donde vivamos tengamos un tren cerca que nos acerque a Madrid en un tiempo aceptable…bueno, que alguien que vive en Jaén diga eso, es más acto de fe que otra cosa porque tus cinco horitas no te las quita nadie, y eso si no se avería el tren. Aunque esto es otro tema. Todo gira en torno a Madrid, pero Madrid, sede del GOBIERNO CENTRAL, se dedica a transferir competencias a las Comunidades Autónomas, tal y como manda la ley, los Estatutos de Autonomía y hasta la propia Constitución. Tampoco me meteré ahora en eso como si uno supiera de leyes. El traspaso de competencias está muy bien, pero la dejación de ellas no es tan bueno.

El artículo 68.5 y especialmente el artículo 42 de la Constitución Española nos hablan de la importancia de la emigración y el retorno en España, pero concretamente el artículo 149 otorga al Estado y en su nombre al gobierno central competencias exclusivas en materia de emigración y retorno.

Pues bien, desde 2008 diferentes gobiernos, de diferentes partidos y con diferentes personas en las diferentes Secretarías o Direcciones adscritas a diferentes Ministerios han obviado el fenómeno del retorno sistemáticamente y su problemática.

Desde 2008 se han desentendido totalmente del colectivo no solo sin prestar apoyo directo a sus múltiples problemas, sino que además sin colaborar en el mantenimiento de entidades asociativas que les prestamos apoyo. Es más, entre tanto le han saqueado sus ahorros con una regularización fiscal salvaje llevada a cabo en los años 2015 y 2016.

De nada importa que sea su obligación competencial, de nada importa el cuantioso número que forman, de nada importa que por carecer de recursos, de medios o de ganas, el INSS, la AEAT o las Subdelegaciones del Gobierno (todos organismos dependientes del gobierno central) nos deriven a personas a diario a las entidades de emigrantes y retornados para que seamos nosotras las que atendamos, ayudemos y gestionemos sus trámites diarios con las administraciones extranjeras. De nada importa que la colaboración que llega desde el Gobierno central sea 0 y que mientras, nuestras entidades absorban todo ese trabajo con unos recursos ínfimos, sustentados por la colaboración altruista de nuestros socios y voluntarios. De nada importa; el Gobierno central sigue desaparecido ante un colectivo que es directamente su competencia.

Mientras tanto las Comunidades Autónomas, cuyas competencias más allá de sus territorios se adscribían a la noble labor de mantener los vínculos culturales de la tierra con sus ciudadanos emigrados, han recogido el guante –algunas- y con mayor o menor fortuna están dedicando recursos para favorecer el retorno y prestar servicio a los retornados. El problema, como imaginarán, es que el libre albedrío suele provocar no pocas desigualdades. 

Algunas CCAA, más sensibilizadas con el colectivo de retornados por las razones que sean, se han atrevido a desmarcarse del resto prestando una atención directa al mismo, como por ejemplo Galicia, o indirecta financiando el mantenimiento de asociaciones y federaciones autonómicas especializadas que atienden al colectivo. Tal es el caso de la propia Galicia, Andalucía, Canarias, Asturias o Castilla y León. Intentos dignos de elogio, pero que lamentablemente se siguen quedando escasos.

El resto –algunas-, incluidas las mencionadas anteriormente, se han subido al carro de las modas pasajeras y al abrigo del fenómeno que podemos llamar “Españoles por el mundo” se han dedicado a realizar programas del retorno del talento joven. Algo tan subjetivo, como las palabras talento y joven marcan la agenda de las CCAA en materia de retorno. Y es que el citado programa de televisión ha ayudado a proyectar una imagen muy distorsionada de nuestros emigrados. Eso en las asociaciones de emigrantes retornados lo sabemos bien, ya que la inmensa mayoría de nuestros usuarios no han dejado grandes trabajos en el extranjero para regresar a España.

Tampoco ayuda que un gran porcentaje de emigrantes españoles no se registren en los diferentes consulados (véase el caso del registro creado en Reino Unido para contabilizar a los extranjeros asentados en aquel país tras el Brexit para otorgarles el llamado pre-settled status, donde aparecieron el doble de los españoles registrados en los consulados) que por su parte están dejados también de la mano de Dios por el Gobierno central, infrafinanciados y con una evidente falta de recursos humanos.

Pero lo cierto, es que es evidente que las estadísticas oficiales que se manejan son incorrectas. No. Aunque lógicamente los hay, la inmensa mayoría de nuestros emigrados no son trabajadores jóvenes altamente cualificados.  

Sin embargo, el retorno del “talento joven” se ha convertido en la piedra angular donde giran todos los esfuerzos de las CCAA en materia de retorno. Y como es lógico, cada CCAA entiende la palabra talento y la palabra joven como le viene en gana.

En este contexto, se pueden dar situaciones tan paradójicas como la que sigue.

Emigrante en Francia, nacido en Castilla- La Mancha, con residencia efectiva desde hace 20 años en Andalucía, aunque su residencia inmediatamente anterior a la migración radicaba en la Comunidad de Madrid. Imaginando que se cumplen todos los requisitos adicionales y las condiciones para ser considerado joven y talentoso en todas esas CCAA, que eso habría que verlo una por una, este emigrante se podría acoger a tres planes de retorno diferentes. No me he ido muy lejos…es mi caso. Sin embargo, si mi nacimiento y residencia hubiera estado en la Región de Murcia o Cantabria, no podría acogerme a ningún Plan de Retorno, al carecer estas del mismo.

Independientemente, pasados, actuales o futuros, los Planes de Retorno del Talento implementados o por implementar de las CCAA están abocados a la irrelevancia. El retorno de aquello que dicen “talento” solo se puede gestionar desde el Gobierno central, ya que requiere de políticas transversales donde entran en juego las infraestructuras, el mercado de trabajo nacional, legislación laboral, aspectos socioculturales…etc. Todo lo demás, dará algunos resultados individuales positivos pero muy por debajo de la inversión colectiva. 

Mientras tanto, miles de retornados en España siguen olvidados en Madrid y Madrid, a través de sus agencias provinciales (SEPE, INSS, AEAT…etc) los derivará a las asociaciones, para que las asociaciones escuálidas en financiación los atienda, los guíe y los proteja ante administraciones extranjeras para simplemente acceder a sus derechos. Y esto en el mejor de los casos, porque sin una asociación cerca el único recurso es la empresa privada, con sus abusivos honorarios y poca especialización en el tema.

En Jaén, aún podemos respirar. La Junta de Andalucía, algunos ayuntamientos de la provincia y la propia Diputación siguen colaborando para mantener este servicio activo. Pero aún así, ante el aumento de la carga de trabajo, la única opción para nuestra existencia es que aparezca Madrid.

En tanto y cuanto, desde lo público no se preste este servicio, cientos de miles de emigrantes retornados en España, necesitan para acceder correctamente a sus derechos en el extranjero de una entidad especializada, que no represente un gasto adicional a sus pequeñas pensiones. En caso contrario, los derechos generados en el extranjero corren el riesgo de no ser correctamente reconocidos, empobreciendo aún más al colectivo.



viernes, 13 de marzo de 2020

¡Emigrantes somos todos, oiga!


Después de ocho años conociendo al colectivo; los cuatro primeros como voluntario y el resto como técnico de AJIER, interviniendo directamente en sus casos particulares y ayudando tanto a emigrantes como a retornados en sus diversas problemáticas, creo entender lo suficiente la realidad global del colectivo, tan heterogéneo en muchos aspectos, como similar en sus aspiraciones, sentimientos y anhelos. Y es de eso de lo que voy a hablar.

Está claro que la emigración española del siglo XXI, no tiene nada que ver con la del siglo pasado. Hoy, los medios de transporte son más rápidos y eficientes, creando así conexiones entre el país de acogida y España mucho más fáciles de transitar. Los medios de comunicación e información se han universalizado tanto, que cualquier emigrante español puede estar informado de los acontecimientos que suceden en su país desde su teléfono móvil. Además, ese propio teléfono móvil permite al emigrante, una rápida y directa comunicación con familiares y amigos a través de una infinidad de herramientas, más allá de la llamada telefónica. España, ha cambiado tanto en el último medio siglo, que hasta a nuestros compatriotas se les percibe en otros países de una manera muy  distinta a como se les percibía antaño. Atrás queda la imagen del españolito atrasado, que tan bien reflejan, películas de la época como “Vente a Alemania, Pepe” o más actuales como “Un Franco, 14 Pesetas”.

domingo, 9 de diciembre de 2018

La purificación de la izquierda

Desde los inicios de los diferentes regímenes democráticos en el mundo siempre se ha identificado a la extrema izquierda y a la extrema derecha perfectamente. Mientras que la primera utiliza el populismo para presentar soluciones fáciles a problemas complejos y siempre encuentra un enemigo interno al que batir, la segunda utiliza el populismo para presentar soluciones fáciles a problemas complejos y siempre encuentra un enemigo externo al que batir. 

Muy pocas diferencias, que confirma aquello de que los polos opuestos se atraen. 

A la extrema izquierda la conocemos bien en España. Lleva años con nosotros bajo el "grito de guerra" de PODEMOS, copiado de la campaña electoral que encumbró al poder al presidente Obama en Estados Unidos con su "Yes, We can" en 2009 o el castellanizado grito de "PODEMOS" que utilizó la cadena de televisión Cuatro para animar a la selección española de fútbol en 2008, cuando ganamos nuestra segunda Eurocopa, después de 50 años. No han sido muy innovadores estos de la extrema izquierda nunca. Lo que si han sabido siempre es adueñarse de causas sociales justas y en principio apolíticas, para buscar esos enemigos internos, a los que hacer frente con su populismo supino para llegar al electorado. Entre muchas otras causas, podíamos citar por ejemplo del 15-M. Un movimiento espontáneo, apolítico, justo y necesario en aquel momento, del que se apoderaron izando una bandera contra las casta y la banca que terminaron guardando cuando se convirtieron en casta y sus líderes <<líder y lideresa>> se compraron una mansión de 600.000 € gracias a un crédito con condiciones ventajosas ofrecido por la banca. Ahora están más centrados en quedarse con el movimiento feminista, necesariamente transversal, pero que desde PODEMOS se encargan prostituir, hasta el punto de no condenar la agresión a una concejal del PP del ayuntamiento de Málaga en la pasada marcha del 25 de noviembre, precisamente cuando se manifestaba contra la violencia hacia la mujer. Entenderán, que la derecha no puede ser feminista ni estar en contra de la violencia hacia la mujer. También le gusta simpatizar con los defensores del supuesto derecho de autodeterminación, incluyendo esta falacia (inconstitucional dicho sea de paso) en los programas electorales de aquellas CCAA que les interesa, para agradar al sector local independentista pero sin darle mucha difusión para no asustar demasiado sus votantes más sensatos -esos que entienden lo que significa la soberanía nacional y saben diferenciar entre un pueblo oprimido o colonizado del que no-

Rupturismo, totalitarismo y comunismo libertario en estado puro.

jueves, 31 de mayo de 2018

El precio siempre importa

Si algo es plausible en los partidos separatistas y/o nacionalistas es su patriotismo. Reducido a su territorio, claro está. Cuando se trata de defender ideas concretas que ellos entienden o se fuerzan a entender como buenas para el interés general (suyo y de sus ciudadanos), da igual que sean de izquierdas o de derechas, ya que para el fin último siempre van de la mano. Ese fin último puede ser dar pasos hacía la independencia o rebañar hasta el último céntimo del estado, con la cantinela de lo mal financiados que están. Solo basta ver el recorrido que tuvo el "proces" con republicanos de izquierdas, conservadores democristianos y antisistema de la mano o como la derecha vasca fuerza la subida de pensiones que pide la izquierda, como contrapartida para el apoyo a los Presupuestos Generales aprobados hace una semana. Como si no tuviera nada que ver las multitudinarias manifestaciones de jubilados en Bilbao, o la promesa inversora del gobierno en el País Vasco. Aunque si hablamos de cheques para determinados territorios, a cambio del apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, esos que nos afectan a todos, no podemos olvidar a los nacionalistas canarios, que también han sacado una buena tajada de las negociaciones de los presupuestos - los nacionalistas de izquierda y los de derechas-

Eso en el terreno nacional no pasa. Los partidos que venían a regenerar la política, siguen con sus añejas maneras. Son incapaces de dejar la ideología de lado, para ponerse de acuerdo en temas transcendentales que afectan al interés general. Siempre creí que un parlamento fragmentado era muy beneficioso, ya que sin mayorías absolutas es totalmente necesario el dialogo y las pactos de varias fuerzas, cada una de ella con su ideología, para alcanzar acuerdos en temas capitales duraderos.  Pero eso es todavía bastante utópico. A los partidos nacionales les falta patriotismo. Y así nos va.

viernes, 13 de abril de 2018

Censura y autocensura....no gracias

Nunca creí beneficiosa la tradicional composición parlamentaria, que gracias a un sistema electoral injusto y una sociedad demasiado obcecada en la dicotomía izquierda-derecha, se venía dando en el Congreso de los Diputados durante casi cuarenta años. Dos partidos nacionales alternándose el poder en connivencia a veces con partidos independentistas, suele traer aparejados cambios legislativos volátiles según la ideología gobernante y concesiones hacía determinados territorios no siempre positivas para la totalidad de la población. Por ese motivo, la fragmentación política resultante de las últimas elecciones nacionales, resultaba cuanto menos esperanzadora. 

Quitar poder a los nacionalismos, que solo negocian en aspectos que afectan a toda la sociedad española con objetivos y fines territoriales y legislar en base a acuerdos con varios partidos nacionales, podía ser la base necesaria para conseguir una estabilidad jurídica alejada del cortoplacismo imperante en nuestra política. Pero hasta el momento, esa fragmentación política en el Congreso de los Diputados no es operativa. Los nuevos partidos, se parecen demasiado a los viejos y en vez de practicar políticas de pacto se dedican a la confrontación sistemática. Esa confrontación explica por ejemplo, como la controvertida "Ley Mordaza" aprobada únicamente aplicando una mayoría absoluta del PP en 2015, aún no ha sido rectificada al menos en sus puntos más escabrosos. Apoyándose en ese ley, la justicia ha emprendido un camino peligroso, con sentencias y resoluciones judiciales más propias de países que no respetan la libertad de expresión.

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