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sábado, 30 de agosto de 2014

Ordenando colectivos

Conocí la gruesa línea que debe separar a la sociedad civil, de los estamentos políticos, una vez dentro del huracán de indignación popular; en el que muchos vimos el despertar de una sociedad aletargada, en el que se materializó el llamado movimiento 15 M.
Aquel momento del 2011, no fue el resultado de acción política alguna, ni de un hecho concreto. No se generó de la noche a la mañana, aunque así parezca, ni mucho menos estaba compuesto por gente de una ideología concreta. Fue el resultado de años de sufrimiento y escasas perspectivas de futuro, en una sociedad que después de décadas de democracia, se sentía madura y quería influir de alguna manera en los diversos frentes económicos, sociales y políticos que degeneraban una España construida al amparo de una realidad que se tornaba engañosa.

martes, 19 de agosto de 2014

Martos, turismo y desidia.

Corría el verano del 2010, cuando gracias a la realización de un curso orientado a la explotación del turismo cultural en Martos, tuve la oportunidad de pasar muchas horas en la Torre del Homenaje de la llamada fortaleza baja de la villa. Fue una experiencia muy enriquecedora, más que por lo que nos enseñaron en aquel curso nuestros monitores, por todas las aportaciones que los visitantes a la torre nos regalaban a diario. Entendí y comencé a participar por aquellas fechas, de la profunda admiración y cariño que los vecinos de Martos profesaban hacía el patrimonio histórico, de la que después de cinco años sentía mi ciudad. Aquel verano, tuve la oportunidad de profundizar en la milenaria historia de Martos, en sus monumentos, en ese patrimonio histórico real y/o legendario.
Capte la necesidad de dar a conocer todo lo que empezaba a maravillarme, a los visitantes que se acercaban a la ciudad y los beneficios que nos traería un incremento del turismo a nivel económico y social. Me ilusioné tanto con la idea, que junto con algunas compañeras del curso, creamos una asociación que lamentablemente no cuajó por diversas circunstancias.
Entonces, como ahora, solía implicarme a fondo en todo lo que hacía y mi mayor ambición era sentir que cada día se intentaba mejorar, para ofrecer al visitante a la Torre del Homenaje un plus añadido. 

Y entonces...me topé con la desidia.

jueves, 14 de agosto de 2014

No somos nada

Es curioso...Mi hija; adolescente ella, tiene que soportar cada día mis bienintencionados consejos. Ella, imagino que como yo en su día, envuelta en un mundo de temores ocultos, ganas de destacar, de ser aceptada en un mundo tan pequeño como grande es su imaginación, sopesa cada día si lo que yo le digo es lo correcto o en cambio puedo estar equivocado.

Como todo padre de vecino, aconsejo (a veces riño) a mi hija, que planifique su vida, que persiga sueños, que se ilusione por las cosas que hace y que nunca caiga en la resignación. ¡Tu vida será como quieras que sea, si trabajas y te esfuerzas por conseguirlo! Le digo yo.
Pobre de mí.

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