Reflexione el Gobierno. Reflexionen sindicatos. Que yo ya lo he hecho.
No me preocupa decir que me he equivocado. He apoyado y me he unido a una huelga abocada al fracaso. Llevaba tiempo pensando que las huelgas generales, no son más que resortes caducados, de un pasado que nunca fue mejor. Medidas oxidadas por el paso del tiempo y el raciocinio del ser humano, que ha ido creando mecanismos y estructuras más seguras y mucho menos dañinas para cambiar el rumbo de las cosas.
Aún así, siempre que nos guiamos por el corazón, debemos estar dispuestos a perder la partida. Y en esta ocasión he vuelto a hacer el canelo.
Me explico...