Traductor - Translate

martes, 25 de febrero de 2014

Ustedes son mis héroes


Sucedió en Francia.y sin ánimo de parecer pretencioso, me sentí un héroe. 

Mi jornada laboral de once horas diarias me dejaba exhausto, al igual que mis compañeros. Una ducha relajante y poco tiempo para disfrutar ociosos del entorno. Pero yo era diferente. Tenía y tengo un objetivo, seguir formándome. Seguir preparándome para el mundo que está por llegar, después de esta crisis tan brutal. Un mundo laboral, radicalmente diferente de lo que hemos conocido.
Buscando una red wifi pública, llegué a aquella pequeña plaza de Clairac. Llovía a mares y el sol hacía rato que se había escondido por el horizonte que desde el otro lado de la orilla del río Lot, se abría paso. Dentro de mi coche, con la única compañía de una tenue luz que reverberaba desde la pantalla del ordenador portátil, pensé si de verdad valía la pena. Mientras todos mis compañeros disfrutaban de un rato de tranquilidad, yo encerrado en el habitáculo incómodo de mi Seat Toledo, intentaba los ratos que la señal me permitía seguir preparando los exámenes de junio.

Entonces sucedió. Me sentí un héroe. Alguien que estaba consiguiendo salir al paso del repugnante hoy, para regalarme pagando con esfuerzo, un futuro esperanzador, diferente. Entonces como todos los dioses mitológicos conocidos, hice un esfuerzo que entonces me parecía sobrehumano. Repetir ese ritual, en la misma plaza y a la misma hora, durante los tres meses que restaban hasta la fecha de aquellas evaluaciones.

El resultado me bajo del olimpo. Cuatro de cinco, seguía siendo mortal. Pero después de aquel esfuerzo necesitaba traducir esas sensaciones en algo tangible. En algo que me recordara que el esfuerzo siempre merece la pena, aunque al final sigamos siendo los mismos.

He aquí el resultado.

jueves, 20 de febrero de 2014

Los pasos que nos faltan.

Desde el "Vuelva usted mañana" del insigne Mariano José de Larra, hasta el "¿Por qué no dejas de ser un idiota?" de esa estrella -no sé si fugaz- de la actualidad política llamada Beatriz Talegón, mucho se ha escrito sobre esta atormentada y pusilánime sociedad.
Muchos buenos artículos, capaces de hacer eclosionar a los espíritus más dormidos, a las cómodas y relajadas almas de tabernarios tertulianos, admiradores del once contra once, sin más motivo de crítica social, que la propia crítica. Esa sociedad que tanto abunda en nuestro país desde que Monsier Sans-délai, apareciera por aquí para solventar un asunto en pocos días y se dio cuenta que el mañana en España nunca llega; hasta usted, yo y el vecino de abajo mismos, unidos por una indignación visceral en las formas, pero muy relajada, cómoda y deprimente en el fondo.

"Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza"
Mariano José de Larra. 1833

miércoles, 19 de febrero de 2014

Amanecer deseado II


Tal vez sea el momento de mirar hacía el futuro. Nosotros como pueblo, sin ningún tipo de injerencia foránea. Sin complejos por aquello que escupe quien no reflexiona, quien no conoce nuestra historia, quien no se ha molestado en conocernos. Tal vez sea el momento de hacer justicia y devolver a sus legítimos propietarios aquello que se han ganado con el sudor de su frente. Es el momento, de hacer avanzar y evolucionar en meses, aquello que antaño requería siglos, el topónimo de nuestro pueblo. Así de radical y de vertiginoso....como la vida misma.

Bienvenidos a Los Llanos del Colono.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Mi sabio abuelo

Microrrelato presentado al certamen "El mejor momento", organizado por la asociación para la promoción de escritores -Letras con arte-.
Elegido entre los más de 4.000 textos enviados, para formar parte del libro, "Antología 1er Certamen de Microrrelatos "El Mejor Momento".

Si quieres adquirir esta publicación, que consta de más de 400 microrrelatos de escritores noveles, pincha aquí

Yo os regalo mi texto, titulado Mi sabio abuelo


Mientras una destructiva enfermedad consumía a mi abuelo, yo transitaba la ignorante adolescencia. Cierto día le dije, que el mañana era como el barro en manos del alfarero. Se podía moldear, se podía imaginar y decorar a nuestro antojo. Me dio una tierna bofetada y dos meses después murió, no sin antes escribir sus memorias en un libro de título, Sin hoy, no existe el mañana.

Entradas populares

Entradas más visitadas esta semana