¿Absurdo título verdad?. Más si cabe, cuando estas líneas se escriben desde el país, que lleva muchos años siendo referente en sanidad de calidad y pública.
El otro día, leyendo una de las millones de cartas, que las compañías de seguros médicos americanas envían a sus clientes cada año, comunicándoles los cambios en sus pólizas, imaginaba como se deben de sentir, cada vez que vean, que les han suspendido la cobertura de quimioterapia, la de diálisis o la patologías del órgano reproductor (por poner un ejemplo). ¿Que pueden hacer? Pierden su tiempo buscando otras ofertas en el mercado, se arriesgan a pasar un año sin esa cobertura o simplemente hacen cálculos para saber si llegado el caso se lo podrían permitir.
Que paranormal es todo en el ombligo del mundo. Tan poderoso y desarrollado, como inmoral, hasta el punto de que cualquiera lleve una recortada bajo la gabardina, que un autónomo o empleado en una pequeña empresa no tengan derecho a constiparse, que puedan electrocutar a una persona en algunos Estados o dejar morir a 72 al año por no disponer de asistencia médica.
Que quieren que les diga. A veces me siento orgulloso de la vieja Europa.