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jueves, 18 de agosto de 2011

LOS LUJOS DE MI MANSION.



Pues sí, después de tanto buscar el Dorado, por fin lo encontré.Ahora, disfrutando, en el reposo y la tranquilidad que ofrece mi casa, a estas horas, en que las demás personas duermen, puedo entender los lujos que ofrece mi mansión.
Por eso, os quiero invitar a una experiencia no apta para pobres. Una experiencia exclusiva, solo al alcance de la mano de sibaritas incomprendidos. Personas insatisfechas, amantes de los pequeños detalles y capaces de explotar todo el placer que el ser humano puede lograr a través de sus cinco sentidos.

Para aquellas personas que disfrutan de la riqueza mental, que solo otorga la verdadera libertad. Esa, que se consigue gracias, a no dejarse influenciar por el poder magnético de la televisión. La libertad de pensar por nosotros mismos, sin creerse, al pie de la letra, todo lo que dicen periodistas, más o menos objetivos. Aquella, que ensalza las cualidades del ser humano y lo distingue de cualquier otro animal. La libertad, de ser libre, sin más.

Para disfrutar de esta glamurosa experiencia, tienes que ser rico en valores, rico en imaginación, en bondad y sinceridad. Sibaritas aislados, en busca de buena compañía. Millonarios del mundo, aquellos que explotáis la empresa del respeto y la justicia. Vosotros que, aun sin ser perfectos, asumís vuestros errores, con el único objetivo de aprender de ellos. Esto es para vosotros.
Os invito a mi gran mansión. Una lujosa vivienda, carente de vulgaridad, donde los detalles fluyen en cualquier rincón.

En ella podréis encontrar, unas vistas impresionantes. Donde no solo trabajaran vuestros ojos, sino veremos más allá del horizonte, a través de la capacidad del ser humano de soñar. En mi casa, no se duerme, se sueña.
En mi mansión, también disfrutareis del mejor café del mundo. Aquel que solo saben hacer los amantes de este producto, y donde el toque especial es el cariño, a la hora de poner la cafetera.
En mi vivienda de lujo, las conversaciones giran en torno al progreso, a los placeres de la vida y a la felicidad. Solo disfrutamos de conversaciones, donde el tema principal son las cualidades del ausente y los defectos propios, con objeto de asimilarlos y ser mejores cada día. En mi mansión, es regla principal, evitar charlas y discusiones inanes, que no conducen a nada. Además, la placa de bienvenida de la entrada, lo avisa a los visitantes: ‘’Bienvenido a Un Mundo Sin Quejas’’
En mi mansión, se respira un olor a optimismo, que invita a meditar. Los problemas se convierten en oportunidades, y los malos augurios se disuelven en agua del grifo.
La biblioteca de mi mansión, es humilde pero enorme. En ella, encontrareis libros para divertir, para aprender, para reflexionar, poesías que despiertan sentimientos, rarezas guardadas con celo y clásicos para los más nostálgicos. También, si alguien es demasiado exclusivo, en mi mansión, tenemos la posibilidad de ir a la biblioteca municipal a retirar cualquier ejemplar disponible. Todo son soluciones.
Podréis tomar lo que os apetezca, en mi mansión no hay prohibiciones. Si disfrutáis del placer de fumar, podréis hacerlo. Pero no os preocupéis, si no sois fumadores o traéis niños. Ya que, en este caso, además de buena música en español, para que las letras nos digan algo, en mi mansión, solo se escucha el himno del respeto hacia los demás y sus opiniones.

Por todo esto, estáis invitados a mi mansión, seáis hombres o mujeres. Porque en mi mansión reina la igualdad verdadera, y la Carta Magna se apellida ‘’Sentido Común’’.

¡BIENVENIDOS A DISFRUTAR LOS LUJOS DE MI MANSION!



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