Después de ocho años conociendo
al colectivo; los cuatro primeros como voluntario y el resto como técnico de
AJIER, interviniendo directamente en sus casos particulares y ayudando tanto a
emigrantes como a retornados en sus diversas problemáticas, creo entender lo
suficiente la realidad global del colectivo, tan heterogéneo en muchos
aspectos, como similar en sus aspiraciones, sentimientos y anhelos. Y es de eso
de lo que voy a hablar.
Está claro que la emigración
española del siglo XXI, no tiene nada que ver con la del siglo pasado. Hoy, los
medios de transporte son más rápidos y eficientes, creando así conexiones entre
el país de acogida y España mucho más fáciles de transitar. Los medios de
comunicación e información se han universalizado tanto, que cualquier emigrante
español puede estar informado de los acontecimientos que suceden en su país
desde su teléfono móvil. Además, ese propio teléfono móvil permite al
emigrante, una rápida y directa comunicación con familiares y amigos a través
de una infinidad de herramientas, más allá de la llamada telefónica. España, ha
cambiado tanto en el último medio siglo, que hasta a nuestros compatriotas se
les percibe en otros países de una manera muy
distinta a como se les percibía antaño. Atrás queda la imagen del
españolito atrasado, que tan bien reflejan, películas de la época como “Vente a Alemania, Pepe” o más actuales
como “Un Franco, 14 Pesetas”.