Cacique Aguirre

La representante oficial del Tea Party español ataca de nuevo.

Esperanza Aguirre, se ha vuelto a superar. No hace mucho tiempo, nos dio una lección de autentico autoritarismo, cuando obligó con una sonrisa en la boca a incumplir las normas de seguridad de una empresa de paseos en barca, incitando al pobre chico que allí trabajaba a no obligarla a ponerse el chaleco salvavidas. Toda una lección ejemplarizante de un político del siglo XXI.

Pero bueno, eso es solo una muestra más de su espíritu fascista, enmascarado en una sonrisa perversa.

Ahora arremete contra las televisiones públicas, llamándolas instrumentos fascistas.

¡Claro! Tiene un buen ejemplo con Telemadrid y sus secuaces.

Si. Hablo de Hermann Trechst y compañía.

 Dejando a un lado a TVE, que para mí es ejemplo de imparcialidad, lo que la Señora Aguirre, debería comprender es que cada medio de comunicación, por mucho que lo intente, informa como más le conviene. Es obvio y natural, ya que al final, los periodistas son personas, y la libertad de prensa un derecho.

Lo que creo, que no entra en los planes dictatoriales de Aguirre, es que haya medios que no propaguen sus propias ideas. Seguro que le molesta tanto, que recomendó a Javier Arenas, que no se presentara al debate, para la presidencia de la Junta de Andalucía, en Canal Sur, o como ella diría la televisión de los rojillos. El pobre Arenas, que le hizo caso, perdió su quinta elección a Presidente, cuando más a tiro lo tenía, perdió la credibilidad, el liderazgo y espero que las ganas de seguir intentando algo, para lo que ha demostrado no estar preparado. ¿Cuántos votos no perdería con aquella prepotente, orgullosa y desleal acción?

Creo que la señora Aguirre, espera que todos los medios de comunicación se comporten como Intereconomia, aún a riesgo que la libertad de expresión y de prensa, se propase hasta límites vergonzosos, con técnicas engañosas y debates insulsos.

Menos mal que aún le queda Telemadrid, para convertirla como lleva haciendo desde hace años, en su megáfono particular.

Es una lástima. Con la madurez política de la sociedad española, estas cosas no influyen para nada en las decisiones de los votantes. La gente sabe perfectamente de qué pie cojea cada cual cuando informa, e incluso detecta circos como el que tiene montado Intereconomia, sin que nadie se lo diga.

Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid, en sus caciques planteamientos propone cosas.

Propone cosas, como por ejemplo cobrar peaje en todas las autovías de la Comunidad. Piensa, que aquel o aquella que tiene la responsable idea de utilizar el transporte público paga por el mantenimiento de las carreteras, mientras que las personas que van en su coche, no.

Como si el que va en su coche, no pagara el impuesto de vehículos a motor, el de matriculación, el IVA del combustible, el del seguro obligatorio, la ITV…etc. Claro que esos impuestos no los puede controlar, y puede ser que sean pagados fuera de su dictadura legítima.

Por eso ella propone. Propone cobrar a todo el que se mueva por su territorio. Piensa controlar todo movimiento en sus carreteras principales.

Lástima que se olvida, porque ella seguro no sufre las consecuencias, que la gente lo está pasando mal. Que necesitan moverse más que nunca, y que para ello, existen otras carreteras más peligrosas que las autovías por donde hacerlo.

No tiene en cuenta, que un incremento de circulación en las carreteras secundarias, supondría un aumento elevado de la siniestralidad, y por ende de la mortalidad.

Bueno a lo mejor sí que lo tiene en cuenta. Una buena cacique, planea todo movimiento. Si cobra por moverse en las carreteras principales, también podrá cobrar en las secundarias por llamar a una ambulancia, a una funeraria o a la Guardia Civil, ya puestos.