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martes, 5 de junio de 2012

Europa; cuestión de fe


No va más, señores. El tiempo de juego está llegando a su fin.
Son ya demasiados años mareando la perdiz, en una Europa inventada, que se dejó a medio diseñar, por culpa de los propios egos nacionalistas en aquellos momentos de bonanza económica, que parecen tan alejados en el tiempo.
Políticos mediocres se han sucedido desde el intento de creación de la Unión Económica Europeo. Políticos que no se han atrevido a ir más allá por miedo a perder rédito político. Pero ya no hay tiempo que perder.

La última semana, España se la ha pasado en la cuerda floja. Con un gobierno, que como era de esperar, solo ha ofrecido una continuación de las políticas de apaños chapuceros que ya  comenzó el gobierno ZP. Con  17 voces diferentes para entender la Unión Europea, donde la que más grita sigue siendo Alemania. Como ya se sabe que el que más grita aparte de la intención de producir temor a los demás por su fortaleza, suele ser el que no lleva razón. Y con una sociedad europea paciente pero bastante hastiada de ver la lentitud de unas instituciones, que solo demuestra el fracaso más rotundo en el modelo arquitectónico de la Unión Europea.

Por eso como dijo el viernes, el ministro Luis de Guindos, el futuro del Euro se juega en las próximas semanas. Ya no aguanta más. O se apuesta por una mayor integridad europea a nivel político, económico y social, o acabamos con el sueño europeo.

Se ha comprobado que no es posible mantener un espacio económico unido, cuando la moneda única, no vale igual en un país que en otro. Está comprobado que si cada país aplica sus propias medidas fiscales, solo se consigue desigualdad. No hace falta ser un licenciado en ciencias políticas para entender, que solo se conseguirá estabilidad, con un gobierno europeo, elegido por los ciudadanos de la unión. Pese lo que pese, es la única salida. En países como España, supondría un cambio cultural, otra forma de pensamiento, pero porque no, también un paso en nuestra evolución. No se trata de acabar con la cultura de los diferentes pueblos de la Unión Europea, se trata de adaptarla al entorno económico y político, para conseguir progresivamente una adaptación social.

Tal vez haya que dar pasos de gigante, en nuestra manera de pensar y la de nuestros socios, pero solo así conseguiremos rescatar un barco, al que le queda muy poco para sumergirse completamente.
Seguiremos estando orgullosos de nuestra historia, cultura, costumbres y tradiciones. Practicándola y enseñándola, pero con la suficiente humildad, para centrarnos más en lo que nos une. Una historia donde Europa, ha sido la cuna de la civilización moderna.
 Cada país a su manera, pero todos jugando con las mismas reglas.

El otro camino……Está claro, romper con este proyecto y que cada país vuelva a recuperar su independencia total.
¿Cuál es la mejor opción? Depende. Todo es cuestión de fe. Lo que estoy seguro es que cualquier camino que cojamos siempre será mejor que estar parados a la sombra de un árbol de hoja caduca, al final de un otoño que está a punto de dar paso al peor invierno que la humanidad ha conocido, económicamente hablando como es obvio.



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