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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Andalucía suma y sigue

Las siguientes líneas, conforman uno de esos pensamientos, que sin poder evitarlo te carcomen por dentro. Esos pensamientos que intentas reprimir, por miedo a propasarte en las formas al redactarlo. Pero la actualidad manda, y Andalucía es lo suficientemente importante para mí, como para dejar de lado esta reflexión que se empieza a enquistar en mi alma.
En Andalucía, hoy tenemos una presidenta elegida a dedo, por un ex presidente muy acorralado por el caso de corrupción más humillante de la historia de este país, y que este a su vez fue elegido por el dedo de otro ex presidente, que se encuentra en la misma situación. El caso de los ERE fraudulentos, es tan bochornoso que me tengo que reprimir a dar rienda suelta a mis dedos, haciendo un costoso ejercicio de auto moderación.

Que los andaluces son fieles al PSOE, es una obviedad, semejante a lo que sucede en otras Comunidades Autónomas que son fieles al PP y donde no se han conocido gobiernos de distinto signo político. Mal que me pese, la causa de esta fidelidad hay que buscarla en un voto por inercia de la gente que bien por ignorancia, por comodidad o por otras razones menos inocentes provocan una sensación en sus dirigentes de comodidad y de seguridad, que les puede provocar una relajación en sus distintas morales y éticas. El problema es que aunque, como hemos visto en la Comunidad Valenciana y en Andalucía, los casos de corrupción sean clamorosos en las mismas entrañas de los distintos Gobiernos, la ciudadanía les sigue dando su confianza, y eso es preocupante. Legítimo y algo que un demócrata debe respetar, pero muy preocupante.

El caso de Andalucía, es si cabe más preocupante, porque desde el PSOE andaluz, nos han querido vender un cambio de Gobierno, que" por asuntos personales" se iba a suceder de una forma democrática y transparente. Y ya van dos veces que nos imponen a un/a presidente/a sin un ápice de la democracia ni la transparencia prometida. Lo cierto es, que en Andalucía, llevamos desde abril del 2009 gobernados por personas que no han sido elegidas para el cargo. Desde que Manuel Chaves, cedió la Presidencia de la Junta de Andalucía, a José Antonio Griñan, y este a su vez a Susana Díaz, en fechas recientes, solo ha habido unas elecciones, con listas cerradas evidentemente, donde recuerdo que el PSOE, no obtuvo la mayoría de los votos. Entre tanto, falsos congresos con los votos de los delegados pactados, prisas y obstáculos para aquellos militantes que se querían presentar o que lanzaban propuestas como validar los votos digitales y esas cosas tan progresistas, que ni tan siquiera la cúpula del PSOE andaluz, tal vez aconsejada por los oportunistas de turno, no les parecía bien. Cuando lo sociedad demanda más democracia, más participación, más limpieza y transparencia. Ahora que abrir las listas electorales, obligar a primarias en todos los partidos políticos abiertas para todo el mundo, diferenciar entre la lealtad a un partido con la lealtad a una persona importante de ese partido o incentivar la participación política de gente que venga desde abajo y conozca bien la realidad, son aspectos cada vez más necesarios. El PSOE andaluz mira para otro lado y divide aún más a sus militantes y simpatizantes que son muchos, para colocar al mando a la favorita de Griñan. Una favorita, que su único mérito era conocer la delicada situación en el proceso judicial de los ERE fraudulentos de su jefe, y el cambio tan rápido que estaban obligados a realizar, para no tener un Presidente imputado por el mayor y más ruin robo a la sociedad que se ha conocido.
Dicho sea de paso, que dimitir o decir que uno se va por asuntos personales, cuando te consideras responsable político de algo que está siendo investigado en sede judicial, es de alabar y lo hago. A ver si van tomando ejemplo en el Gobierno central que aunque hoy no toca, tienen donde buscar responsabilidades políticas que aún no han depurado.

1.500 millones de euros, desviados de partidas que deberían ir a parados andaluces, que no son pocos, me parece que es suficiente motivo como para replantearse, si no ha llegado el momento de hacer un cambio radical, hablo siempre desde el propio PSOE andaluz. Sus militantes y simpatizantes, tendrían más fácil defender su posición de continuidad en el voto, después de 30 años para un partido que ha sabido enfrentarse a sus fantasmas, y esos fantasmas tienen nombres y apellidos. Susana Díaz, no representa más que la herencia de esos, que con dinero para desempleados, se forraron a costa de un sistema inventado por ellos mismos, que degeneró en una auténtica organización o mafia criminal. Cientos de miles de euros gastados en putas y cocaína por el Director General de Empleo.Cientos de miles de euros entregados a prejubilados pertenecientes a algún sindicato que nunca habían trabajado en las empresas afectadas por los ERE. Cientos de miles de euros para la clase elitista de un partido que lleva la justicia social por bandera. Cientos de miles de euros desviados de subvenciones para la adjudicación de una escuela de hostelería. Cientos de miles de euros, entregados a empresas sin problemas, a cambio de comisiones para sindicalistas, con el objetivo de despedir empleados a cargo del Estado.
1.500 millones de euros dilapidados, en la Comunidad Autónoma con más paro estructural de España.

Y todavía la vergüenza no les ha permitido ofrecer un cambio de verdad a sus votantes, que en esta tierra son y hemos sido muchos, lamentablemente...




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