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martes, 2 de septiembre de 2014

UPyD y Ciudadanos

Terminaba mi último post, refiriendo aquellas circunstancias que terminaron de motivarme para participar en política. Aquellos momentos de indignación colectiva, que me hicieron decantarme por salir de la comodidad de la crítica, para aportar mi más humilde grano de arena, en aquellos ámbitos que mi experiencia vital, mi formación, mis inquietudes y reflexiones más profundas, pudieran hacerlo. Intentar influir positivamente en todo lo que la longitud de mis brazos pudieran abarcar, recuerdo haber escrito.

Suelo implicarme demasiado en todo aquello en lo que me involucro, por lo que si deseaba defender ideas, tenía muy claro que debía hacerlo desde la formación política que más se ajustara a mis ideales. Buscaba una formación del siglo XXI; con ideas y propuestas propias del siglo XXI, que se alejara lo máximo posible del rancio debate ideológico izquierda-derecha, inevitable en otros siglos, pero a todas luces (y a los hechos me remito) estéril en la España actual. Una formación que atacara al bipartidismo envuelto en su aura de invulnerabilidad, con sentido común y propuestas para una verdadera regeneración democrática, sustentadas en la legalidad y el debate constructivo....La llamada tercera vía.
Estaba claro; debía unirme a UPyD, porque no existía un partido nacional que se ajustara mejor a mis creencias personales. Era septiembre de 2013.
Un año después, puedo decir que aún me siento muy cómodo y orgulloso de mis compañeros. Creo que se está haciendo un gran trabajo a nivel nacional, regional y también local, máxime cuando la inmensa mayoría de las personas que componen este partido, son trabajadores con familias y proyectos por cumplir, que sacrifican parte de su escaso tiempo libre, para hacer política altruista, por puro compromiso. 
Después de un año de trabajo, también puedo decir que las luces y las sombras se ven con más claridad y aceptando ser un mero simpatizante, que no entiende nada de élites, uno va conformando una opinión personal, que por cierto que sea nimia, no deja de ser tan respetable como la cualquier otra persona. 

En estas divagaciones acerca de mi partido, me encontraba cuando me sorprendió el artículo publicado por Sosa Wager en el diario El Mundo, el pasado 19 de agosto. Un artículo que bien pudo haber sido, la transcripción de una inocente conversación, mantenida mientras tomaba una cerveza, con un compañero y militante veterano, tres días antes. - Personalmente, al citado artículo no le cambiaría acento alguno. Desde las "prácticas autoritarias"  que demasiada gente ha confundido con autoritarismo sin tener nada que ver, hasta la alianza con Ciudadanos, que siempre la consideré inevitable y necesaria. Y lo creo, porque los posicionamientos políticos de esta formación, son completamente adaptables a los de UPyD. Solo hace falta, voluntad y dialogo. -

A partir de aquel 19 de agosto, he seguido con atención todas las reacciones, y cuanto menos me he sentido defraudado, al comprender que UPyD no era tan diferente  como pensaba. Un cargo electo, además con peso, pide con educación y respeto un debate interno sobre algo que está en la calle, en la prensa e incluso en las conversaciones habituales de militantes y simpatizantes de base y la respuesta es este otro artículo-bazofia de la Diputada Irene Lozano, donde solo se leen ataques e insultos y del que como es lógico ha tenido que pedir disculpas (digno de mención) , o el show twittero de Carlos Martinez Gorriarán al más puro estilo hooligan. Ataques personales hacía un compañero que aunque de forma poco ortodoxa -es cierto que existen mecanismos para plantear estas cosas, como también es cierto que las asociaciones humanas deben ser flexibles a los cambios- pide una simple reflexión o debate.

Pero lo cierto, es que no solo en ataques personales se basa la defensa de la idea, de no negociar con Ciudadanos un acuerdo en todo aquello, que les une a UPyD; que es mucho. 
También se defiende esa idea, atacando a una formación política, que por simples planteamientos ideológicos deberíamos considerar "amiga", y con la que vamos a trabajar codo con codo, (al igual que ya se hace en el grupo ALDE en Bruselas y que tan buen resultado ha dado para frenar el nacionalismo catalán y vasco en las instituciones europeas) , tanto si se unen a UPyD, como si no lo hacen.
Ataques por su parte, fuera de contexto y que solo buscan el desprestigio de Ciudadanos, y recordar que en UPyD somos la repanocha en cuestiones, que aunque es cierto que podemos sentirnos orgullosos y seguir trabajando en ese aspecto, no vienen al caso. 

Se habla en las redes sociales, por parte de los acérrimos defensores de la no unión con Ciudadanos, del sobresaliente nivel de transparencia interna de UPyD, como si eso no fuese un handicap para nosotros, al que obligar y enseñar a todo partido que quiera unirse a UPyD como se hace. 

También se habla en las redes, de como Ciudadanos se ha formado, anexionando partidos regionales que hacían política regional o local. Parece que nos olvidamos que Rosa Díez fundó un nuevo partido, con unas nuevas ideas, después de décadas de militancia en el PSOE de Euskadi, donde llegó a ser consejera y defendió el concierto vasco. Si Rosa Díez, puede evolucionar en sus pensamientos hacía otro tipo de ideas, por qué la militancia de partidos regionales o locales, no pueden aceptar la defensa de el programa nacional de UPyD. Sinceramente, creí que esto de la política iba de intentar con diálogo, convencer a otros de que tus ideas son buenas para la sociedad y ahora que empezamos a conseguirlo, criticamos lo que pensaba la gente hace meses, cuando deberíamos sentirnos satisfechos, por haber conseguido un objetivo tan loable.

Prejuicios infundados, como los que se tienen al recelar de toda persona interesada en unirse a UPyD, con un pasado político. Participar activamente en política, requiere un esfuerzo que no todo el mundo esta dispuesto a aportar. Eso unido a la galopante desafección política y la política de precios de afiliación en UPyD, nos lleva a un estancamiento del número de afiliados, que solo se puede compensar, con aquellas personas que llevan en la sangre eso de hacer política (que personalmente creo que existen y hacen una gran labor para la sociedad) y que evidentemente han defendido ideas desde otras formaciones. En UPyD, queremos protegernos tanto de los corruptos, que nos centramos más en escrutar el pasado de las personas que se interesan por nuestras ideas y están a favor de defenderlas, que de potenciar en la organización, nuestro sistema claro, efectivo y rotundo para atajar circunstancias que más tarde o más temprano van a llegar.  Y en todo eso, creo que deberíamos aprender de Ciudadanos.

Yo sí creo en una unión con Ciudadanos, como creo que UPyD ahora está en mejor posición para negociar. Desde esa posición, podrá condicionar el acuerdo, para forzar a Ciudadanos a ser un ejemplo en transparencia como lo somos nosotros. Podrá liderar la creación de un programa conjunto, con esa experiencia que le ha dado el trabajo intenso, de férreos principios, que lleva efectuando desde 2009. UPyD podrá dejar claro cómo se actuará contra los corruptos, ya que actualmente es el único partido con representación institucional en España, que no tiene casos de este tipo. Podremos seguir siendo el partido político que lleva años pidiendo la eliminación del aforamiento en España, el partido que ha sentado en el banquillo de los acusados a los gestores de Bankia. Seguiremos defendiendo una Ley Electoral justa, un Estado Laico y Federal o una educación y sanidad pública, de calidad e igualitaria en todos los territorios, pero además con la fuerza de una unión en defensa de todo aquello que nos une con Ciudadanos, nos acercaremos más al cumplimiento de esas ideas, al gozar de más representación en las distintas instituciones.

Sentí cierto alivio, al conocer la noticia que el próximo 6 de septiembre, se va a celebrar un Consejo Político Extraordinario, para abordar la posible unión con Ciudadanos. Por fin, UPyD volvía a la senda del debate, aunque de nuevo, con esas prácticas autoritarias; que no autoritarismos, a las que se refería el artículo de Francisco Sosa Wagner. No se les pide opinión a los militantes y simpatizantes en su conjunto, para un tema capital como este; solo se debatirá por los responsables del partido, que evidentemente están en el entorno de Rosa Díez, por lo que solo espero valentía y altura de miras.

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