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lunes, 14 de mayo de 2012

15M. 10 verdades

El movimiento 15M ha vuelto a florecer. Tal vez, en su año de vida, nunca marchitó. Pero en su aniversario ha vuelto a demostrar que sigue vivo.
Algunos políticos siguen menospreciándolo y frases como la de la ministra Ana Mato ‘’invasores de las calles’’, alertando a la sociedad española de la posición ideológica tan radical de algunos miembros del Gobierno y del partido gobernante. Ese Tea Party castizo donde los excesos verbales se aliñan con los pensamientos más casposos.
Otros políticos frustrados, que ahora se dedican al periodismo extremista continúan burlándose en sus diarios de esta manifestación popular, legítimamente convocada. Algunos como ABC o la Gaceta, visto los resultados que han obtenido este último año, evitan sacarlo en sus portadas. Sin disturbios de unos pocos indeseables que siempre aparecen en cualquier concentración masiva, no hay chicha con la que alimentar su sensacionalismos.
Pero otros no se aburren. Siguen en su lucha particular, ejerciendo su derecho de libre opinión, aunque sea sesgada, manipulada y totalmente irresponsable. Evidentemente hablo de la portada de ‘’La razón’’, que con su estilo más demagógico establece lo que para ellos son las mentiras del movimiento. Todo por cierto, con la argumentación de un parvulario.
Por eso, con las carencias periodísticas que me acompañan, seguiré el juego a ‘’La razón’’ y yo también estableceré las 10 verdades, soy más modesto, de un movimiento, que para mí y siempre puedo equivocarme, formará parte muy pronto de la historia de España, y representará el cambio o la adaptación de la democracia a los nuevos tiempos.

1.       Es un movimiento apolítico. Desde diversos sectores, se sigue emparejando al movimiento 15M con la izquierda, cuando las encuestas más derechistas indican que el 25 % de los votantes del PP, apoyan propuestas del movimiento. Aunque algunos partidos se hayan sumado a las convocatorias,  hay que recordar que esto nació de forma espontanea y se difundió a través de las redes sociales.

2.       Es un movimiento espontaneo. Aunque algunos piensen que hay detrás intereses políticos, aquel primer 15M, justo antes de las elecciones municipales, no hubo un reconocimiento explícito a ningún partido en concreto. Las consignas eran ir a votar y hacerlo libremente. Otros dirán que desde las redes sociales se instigaba por parte de sectores de izquierda a la revolución, pero estos no entienden el verdadero alcance de herramientas como twitter, que hace que la información y el debate fluya a ritmos que nadie puede controlar.

3.       Es un movimiento necesario. Creo que a nadie le cabe duda de esto. Tras años de crisis económica, muchos políticos se olvidaron de la tercera causa de preocupación en España, después de la crisis y el paro. La clase política está sufriendo un deterioro preocupante, y la gran mayoría de los políticos hacen oídos sordos de esto, convirtiendo la crisis que ellos han provocado, siguiendo el juego a la banca, en una crisis política y social. Está claro que este movimiento no se fraguo de la noche a la mañana, sino que es la respuesta que da gran parte de la sociedad a esa crisis política interna que se va acumulando y termina de estallar por alguna nimiedad. Esa nimiedad pudo ser la negativa de los parlamentarios europeos a viajar en clase turista, unos días antes de que la energía indignada se liberara, como el título perfecto para un libro recomendable, ‘’Energía liberada’’.

4.       Es un movimiento con propuestas. Llevo un año escuchando que no se sabe de propuestas concretas del movimiento. Tal vez, las más de 14.000 propuestas del movimiento 15M sean escasas, pero la libertad donde cada ciudadano puede opinar y proponer a través de las asambleas hace seleccionar solo las reclamaciones más repetidas. 14.000 están, en mi opinión bastante bien. Más si cabe, cuando algunas de ellas ya se están llevando a cabo, como por ejemplo la dación en pago. Lo que no pueden pretender, sus detractores políticos de profesión, es que ciudadanos de a pie,  legisle sobre lo que propone. El ciudadano soberano propone y el Gobierno debe legislar, es así de simple.

5.       Es un movimiento heterogéneo. No hay indignados de derecha ni de izquierdas. Simplemente hay indignados, maduramente democráticos que se manifiestan y participan de una forma u otra para provocar cambios, en algo que está comprobado no funciona. El capitalismo salvaje. Por esa abigarrada mezcla social, se pueden observar banderas y símbolos de diferente índole, pero que reflejan el sentir popular. Que haya banderas republicanas, quiere decir lo que ya apuntan las encuestas. La sociedad poco a poco, se inclina por una España republicana. Los últimos incidentes con la Casa Real, creo que solo son el principio de un cambio lento pero inexorable hacía algo tan normal, como el diálogo sobre la forma de Estado que queremos para un futuro.

6.       Es un movimiento pacífico. Esto está constatado. Siempre habrá quien se quede con el incidente provocado a última hora, por cualquier indeseable que utilice esta concentración para saciar sus instintos más agresivos. Pero lo cierto es que este tipo de gente, existen en las concentraciones del movimiento 15M, como en las celebraciones de un título deportivo por el equipo X o en las mismas manifestaciones orquestadas por la Iglesia Católica a favor de lo que ella, considera familia. Por ello, si nos fijamos de forma general en las manifestaciones, solo se observa civismo y calidad social, contra alguna que otra carga policial, más que lamentable y que aún no le ha costado el cargo a ninguna persona, relacionada con este tipo de órdenes.

7.       Es un movimiento democrático. Algún demagogo compulsivo, se ampara en la idea de que el pueblo habló en las urnas, y que hasta dentro de cuatro años debe callar. Pasando por alto, que una manifestación legítima también es un instrumento democrático. Es más, es el único instrumento, para que los ciudadanos, independientemente a quien voten, pidan cambios en determinadas cuestiones. Es un movimiento tan democrático, que se puede calificar como antisistema. Va en contra de un sistema político desfasado, pues algo que estuvo bien, para salvar la transición no sirve, después de 30 años, para alcanzar una cota de calidad democrática suficiente para el siglo XXI. Y va en contra de un sistema económico fracasado, donde la Europa que deseamos construir con la moneda única, quedo a medio camino solapada por la falsa riqueza que nos dio el capitalismo salvaje que nos ha llevado donde estamos. Ahora, quizá es demasiado tarde, pues una moneda única no es solo un medio de pago único, sino una política mucho más unida, que la actual, donde cada país intenta salvar su culo, mientras que Alemania se aprovecha de la situación para campar a sus anchas.

8.       Es un movimiento internacional. Algo de lo que podemos estar orgulloso. Tal vez, la primavera árabe se adelantó, consiguiendo además resultados en poco tiempo, pero occidente en estas cosas es diferente. No obstante, la repercusión que ha alcanzado este movimiento pacífico y espontaneo, alentado por las redes sociales, se ha extendido al resto de occidente y la #spanishrevolution se convirtió el año pasado y ahora en su primer aniversario en un ejemplo de civismo de una sociedad cansada que se niega a resignarse. Es tan internacional, que los medios de comunicación de fuera de España, presentan más respeto por él, que algunos medios españoles.

9.       Es un movimiento para el futuro. Pues no solo se trata de hacer justicia social. Este movimiento nace en un contexto de crisis económica con el objetivo de hacer cambiar las leyes que facultad a los poderes financieros a manejar a su antojo a la clase política. Pero también busca una auténtica regeneración política, que solo se consigue con la adaptación de la democracia a los tiempos en los que vivimos. Listas abiertas o la disminución del poder que le otorga el actual recuento de votos a los dos partidos mayoritarios, son algunas de las consignas que forman lemas como ‘’No nos representan’’ y eso es algo que a los dos partidos que se reparten el poder no les interesa, aunque alguno se jacte de decir que lo hará, estoy seguro que no será tan fácil, por lo que el movimiento seguirá viviendo, quizá no con tanta fuerza, después de la crisis.

10.   Un movimiento insólito. Tal vez por ello, poco comprendido. Algunas personas lo intentan enmarcar en algún otro acontecimiento parecido y manejado por mentes inteligentes. Nada más lejos de la realidad. Es un movimiento insólito, ya de por sí en sus propias raíces. Durante meses la indignación se va acrecentando en las redes sociales, y es desde allí donde todo comienza. Por supuesto que detrás hay alguien, pero ese alguien puede ser un indignado más. Es insólito porque no se centra en algo concreto, busca la mejora de la calidad democrática y defiende los derechos ciudadanos, pero todas las plataformas que desean reivindicar algo en concreto, se han ido adhiriendo, lanzando propuestas conjuntas y estableciendo asambleas de debates abiertos, donde todo el mundo puede participar.



2 comentarios:

Jesús y Angela dijo...

Pues pienso que tienes razón en muchos aspectos. Seguire tu blog aunque no tengo ni idea de como he llegado hasta tí, Saludos desde Conil ( Cadiz). ve mi blog

Emilio Almodóvar Ruiz dijo...

Gracias Jesús. La verdad es que me estoy iniciando en esto de blogger y no lo promociono mucho, es más una válvula de escape donde publicar lo que escribo, que en realidad es mi hobby favorito. Yo también seguiré tu blog y si tienes más experiencia que yo te pediré consejo. Saludos

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