Los pasos que nos faltan.

Desde el "Vuelva usted mañana" del insigne Mariano José de Larra, hasta el "¿Por qué no dejas de ser un idiota?" de esa estrella -no sé si fugaz- de la actualidad política llamada Beatriz Talegón, mucho se ha escrito sobre esta atormentada y pusilánime sociedad.
Muchos buenos artículos, capaces de hacer eclosionar a los espíritus más dormidos, a las cómodas y relajadas almas de tabernarios tertulianos, admiradores del once contra once, sin más motivo de crítica social, que la propia crítica. Esa sociedad que tanto abunda en nuestro país desde que Monsier Sans-délai, apareciera por aquí para solventar un asunto en pocos días y se dio cuenta que el mañana en España nunca llega; hasta usted, yo y el vecino de abajo mismos, unidos por una indignación visceral en las formas, pero muy relajada, cómoda y deprimente en el fondo.

"Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza"
Mariano José de Larra. 1833
Han pasado siglos, avances comunicativos sin precedentes, formación (que no educación) de calidades insospechadas...pero todo sigue igual. Una sociedad Solidaria y visceral como siempre. Una sociedad exigente, después de muchos años de letargo tal vez hasta eso, se pueda considerar un paso hacía delante. Pero una sociedad pusilánime. Indignada e indignantemente pasiva.
No se trata de liarnos a tiros como en Ucrania o Venezuela. Se trata de dar un paso más. Sin dejar de ser una sociedad exigente pasar a ser una sociedad implicada. Participativa y participante por cauces legales. Se trata de reclamar por escrito, sin alzar demasiado la voz. Se trata de asociarse, de colaborar o de afiliarse, según el gusto y creencias de cada cuál. Se trata de abandonar la comodidad y discreción de las tabernas, para pasar a las trincheras.

Ahora que la política nos ha defraudado, es cuando hacen falta personas implicadas en eso que se llama democracia que luchen por dignificar la función originaria de esta actividad. Personas dispuestas a cambiar lo que no funciona desde la primera línea de combate.
Ahora que los sindicatos nos han defraudado, es cuando necesitamos verdaderos sindicalistas que velen por los derechos de todos los trabajadores, no solo los de su entorno.

Pienso que las protestas en la calle están bien hasta que se abusa de ellas. Todos estamos indignados. Todos mantenemos el espíritu 15M. Pero es ahora cuando debemos exigirnos como sociedad dar un paso más.

Es hora de plasmar por escrito nuestras quejas ante la ineficiencia de los servicios públicos. Es hora de que pedir una factura dejé de ser una rareza que tengas que solicitar varias veces para que te la faciliten. Ya es hora, que una sociedad despierta como la nuestra, se lave la cara y quite las legañas. Exigir con papeles, lo que tan bien exigimos con los gritos.
Como sociedad ha llegado el momento, de pasar del debate digital con escasa profundidad y a menudo con poco respeto hacía las opiniones contrarias, para asociarse en pro de objetivos comunes. Solo así, el ser humano es capaz de entender la importancia del debate, lo difícil que es ponerse de acuerdo y lo gratificante que es ceder para llegar a un entendimiento.

Es hora de dar un paso más e implicarse en nuestro mundo.Actuar en un escenario de cambio inminente. Comprometerse con causas afines o mojarse el culo, como dirían algunos, para dejar de ser un idiota.

Siempre se ha dicho que el movimiento se demuestra andando, que solamente si se intenta se consigue y que lo peor que puedes hacer es no hacer nada. Todas ellas frases que en definitiva vienen a decir que siempre será mejor una pequeña acción que una gran intención.
En el mundo en que vivimos –en cualquier época en la que hubiéramos nacido podríamos decir lo mismo- nos sobran los motivos para movilizarnos, comprometernos y dejar de meternos con el vecino sin mirar lo que hacemos nosotros primero.
Beatriz Talegón. 2013