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lunes, 11 de mayo de 2015

Seguimos aquí

En un país gobernado por la telebasura, donde prima más el show que el bizarro trabajo; donde la cultura del pelotazo más que extinguirse se ha adueñado de la política, UPyD sigue con vida.

Participar en este proyecto reporta sensaciones tan agradables como las que experimenté en las pasadas elecciones autonómicas de Andalucía del 22 de marzo, al estar incluido en las listas del partido por la provincia de Jaén. Nadie pudo acusarme de estar en una organización con corruptos en sus filas. Nadie pudo acusarme de incoherencias en nuestros programas electorales. Nadie pudo acusarme de participar en política, por mero oportunismo laboral. Sensaciones, que me hicieron olvidar esas consecuencias desfavorables que también reporta militar en un partido demasiado innovador para no ser radical. Demasiado moderno, para estar liderado por una política de carrera. Gracias Rosa, por tu implicación absoluta en crear una opción política tan necesaria en nuestros días. Gracias por tu experta aportación, pero como ya he dicho varias veces en este blog, no se puede vender regeneración con un catálogo en blanco y negro.
Antes de progresista, soy demócrata. Por eso estoy en UPyD. Porque me gusta respetar las normas a las que nos sometemos los que deseamos vivir en sociedad; y si no nos gustan pelear por cambiarlas. Es la base de todo Estado de Derecho y la base toda asociación humana, política, cultural, científica, deportiva...etc. 

A UPyD solo se le ha podido acusar desde su constitución, de problemas internos. Extremo este, que para nada me preocupa. Absolutamente todas las organizaciones humanas tienen problemas internos. Esto es así, desde que el ser humano comenzó a agruparse en tribus, y será así por los años de los años. La diferencia radica, en como reaccionan los miembros de esas agrupaciones, respecto a esos problemas. En ese sentido mi opción siempre ha sido la misma, no abandonar el barco ni cuando alcanza velocidad de crucero, aunque mi papel en ese barco sea de simple marinero y tenga ambición de alcanzar mayor graduación; ni mucho menos cuando hace aguas por errores de una capitanía kamikaze. Yo me quedo con mis compañeros, achicando agua. 

Los malos resultados obtenidos en las autonómicas andaluzas, han sido el germen de un más que notorio traspaso de militantes de UPyD al partido de Ciudadanos. Personas que han abandonado el barco cuando más se les necesitaba ya no solo para mantenerlo a flote, sino para cambiar la capitanía y el rumbo. Decisión esta, que aunque pueda llegar a aceptar, nunca comprenderé ni compartiré; aunque vivamos en el tiempo de la telebasura y el pelotazo. Apostar a la opción segura, en economía es de personas conservadoras, y para mí, que no llego a radical, eso no es la opción innovadora ni moderna, que representa la gente de UPyD. Por lo tanto, no creo que esas salidas, nos hayan hecho el daño atribuido por los medios de comunicación. 

No es ningún secreto; basta pasearse por este blog, para comprobar que nunca simpaticé con la idea de un liderazgo y un Consejo Directivo con nombres como Rosa Diez. Quiero una regeneración política en este país, encabezada por rostros que puedan representar esa regeneración sin cortapisas, agradeciendo de antemano, que un día de 2007, personas comprometidas con su país idearon el partido político que representa las ideas reformistas más sensatas y necesarias de gran parte de la sociedad española del siglo XXI. 
Tampoco es ningún secreto, que pienso en una hipotética fusión con Ciudadanos como la única opción de llevar nuestras ideas a cotas suficientes, para ponerlas en práctica. La historia de este país así lo demuestra. Todo partido que ha gobernado España, ha sido el resultado de la fusión de varias formaciones políticas; todas ellas, evidentemente con fuertes nexos de unión. Y entre UPyD y Ciudadanos, claro que existen multitud de similitudes que con un poco de voluntad por las partes, se podrían conjugar sin problemas; aunque en los últimos días el partido naranja haya incurrido en ocurrencias como la de hacer más injusto, el más injusto de los impuestos.

Los impuestos indirectos son injustos por definición, y de ellos el IVA es el que más afecta a la vida diaria de los ciudadanos. Proponer la eliminación del tramo del IVA superreducido, es una torpeza política, solo al alcance de un partido sin recorrido, nacido del show televisivo al amparo de la cultura del pelotazo. Y para contrarrestar este tipo de ocurrencias, hoy es más necesario que nunca una formación política libre, creada a base de trabajo, ilusión y compromiso.

Pero todo cambio que yo pienso necesario, no significa que deba de ser impuesto. Para eso existen unas normas, llamadas Estatutos que se han de cumplir a rajatabla.

Después de meses de negación de la realidad, parece que el Consejo Directivo se ha dado cuenta de la realidad que bulle en las bases, convocando un Congreso Extraordinario para junio. De él, deberá salir democráticamente las nuevas estrategias políticas, la cultura de pactos y los posibles liderazgos. Este extremo es el que muchos compañeros no han entendido, primando más en ellos la impaciencia de incorporarse al show mediático, el afán de protagonismo o de forma comprensible, el cansancio acumulado, que la satisfacción del trabajo realizado aún sin ser reconocido. Respeto máximo a las decisiones de cada cual, pero lamento correr el riesgo, que después del Congreso Extraordinario compruebe que mis ideas no son las de la mayoría de UPyD, porque esa mayoría, ya no esté en UPyD. Llegado el caso, entenderé que ese barco ya no lleva mi bandera.

Mientras tanto seguimos aquí. Colaborando en aquello que creo justo y necesario. Si no es posible en Martos al no poder conformar una lista electoral, apoyando a mis compañeros de UPyD que se presentan a las municipales de Jaén, La Guardia y Linares; ciudad de la que tengo muy gratos recuerdos durante los años que residí en Bailén y donde volveré a sentir el honor de representar a un partido limpio, transparente, con ideas y recorrido demostrable. Y esos activos, nadie; ni tan siquiera el periodismo de hoy, tan comercial como alejado del servicio público, podrá robarle a UPyD.

Sigo en el único partido que defiende sin tapujos la devolución de las competencias de sanidad y educación al Estado, bajo una gestión pública por parte de cada Autonomía.
Sigo en el partido que defendía la eliminación del aforamiento, cuando nadie lo hacía.
Sigo en el partido que defendía una Ley de Segunda Oportunidad y la dación en pago, antes de que se indignara Podemos.
Sigo en el partido que frente al poderoso bipartidismo, desde su fundación defiende una reforma de la Ley Electoral, más justa y representativa.
Sigo en el partido que más ha aportado en la lucha contra la corrupción.
En el partido que antes que nadie, ha defendido la supresión de las Diputaciones. El contrato único indefinido. La fusión voluntaria de municipios. Un sistema fiscal igualitario. La despolitización de la justicia. La custodia compartida.

Sigo en UPyD. Aunque todo ello, sumado al trabajo realizado durante años en Jaén por mis compañeros, no sirva para ser incluidos en la portada del Diario Ideal. Los criterios periodísticos surgidos de la telebasura y la cultura del pelotazo priman más que el trabajo. Pobre sociedad, aquella mal informada.














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