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viernes, 4 de noviembre de 2011

Bye Bye, Europe

Parece que fue ayer. ¿Quién no corrió el 1 de enero del 2001 al cajero de su banco a recoger los nuevos billetes?
Bueno, yo en mi caso, e imagino que fue el de mucha gente, tuve que buscar quien me acercara en el coche, pues me pillaba lejos y a las 9 de la mañana me encontraba, en una situación de euforia, que casi rozaba la embriaguez. Aún así, a las 10 de la mañana, me encontraba tomándome la penúltima copa, con un billete en la mano, deseando pagar.         Qué sensación más rara, tuve una parecida en Francia y Bélgica, pero sin llegar a esa emoción……………..Creo que desde entonces, no la he vuelto a tener, y apostaría a que no la tendré nunca más.
El Euro, entraba en nuestras vidas. Desaparecía algo tan español, como la peseta, para adentrarnos en un nuevo concepto de comunidad. Aunque éramos parte de Europa, el compartir moneda, nos unía para hacernos más fuertes, contra el todopoderoso Estados Unidos. O por lo menos, eso nos vendieron, en los países donde no se celebró referéndum, la verdadera esencia de la democracia. Porque en Dinamarca, Suecia y Reino Unido, que sí hubo consulta popular, rechazaron la idea y hoy tienen una situación, digamos menos tensa.
Una década después, y a pesar de la crisis, hasta hace relativamente poco tiempo, aún pensaba que entrar en el Euro, nos ha traído muchas ventajas.
Tipos de interés muy asequibles, subvenciones para el desarrollo, libertad de movimientos y comercio dentro de la zona Euro y una moneda fuerte frente a Estados Unidos, nos han nublado la visión, dejando de percatarnos que los que han triunfado de verdad, han vuelto a ser los bancos.
Se han forrado en estos años de bonanza, a costa de otorgar créditos de dudosa ética profesional, pues quien los recibe no ha sido educado financieramente, que ahora no pueden cobrar.
Con la escasa regulación de los mercados, que aunque la zona Euro ha tenido tiempo de regular, no lo han hecho, la especulación voraz, juega como quiere con la economía de más de 320 millones de personas.

En estos años, ha habido incorporaciones que más de un experto ha calificado como peligrosas, por su escasa solvencia, pero el primer país que ha encendido la mecha, ha sido el último en adherirse al Euro, en la primera convocatoria. Grecia.
Llevamos años, desde 2008 que empezaron a ponerse las cosas feas, donde los políticos están demostrando baja calidad y productividad en su trabajo. Y es qué como en cualquier matrimonio que se precie, la unión se hace para lo bueno y para lo malo. Cosa que no está sucediendo.
Hemos vivido un idilio, cuando todo iba bien. El dinero fluía y los europeos de a pie, tan contentos. Aunque más contentos, dando el don de pecho, los políticos europeístas se han echado flores sin remordimientos. Pero ahora, cuando el matrimonio debe estar unido, con los graves problemas, cada cual barre para casa y lo más deleznable, ya no solo para favorecer a su país, sino con fines particulares para sus propios partidos.
Es inadmisible, que tras casi cuatro años, y un montón de dinero gastado en reuniones, estas personas no hayan llegado a un acuerdo firme para arreglar la situación. Dando la sensación a la gente, que Europa no existe.
No se puede entender, como una economía tan pequeña como la de Grecia, ponga en jaque todo el sistema y anden todavía perdiéndose en discusiones de taberna sin actuar.
Pero ahí está Grecia. Su Presidente Yorgos Papandreu, consigue que le rescaten el país varias veces, admite que entraron en el Euro con cifras y balances falsos y consigue una quita del 50 % de su deuda en su última reunión y ahora decide convocar un referéndum. ¡¡¡Ahora!!!!
O sea, que se le rescata el país con fondos nuestros varias veces, y tras la última reunión decide sin avisar, consultar a su pueblo. No sería más lógico, consultar a toda la zona Euro, que es la que está poniendo el dinero o haber hecho la consulta antes del primer rescate.

Cuánta razón, tiene Obama. El problema de Europa, es la lentitud y la ineptitud, (esto ya es cosecha propia) de sus ‘’lideres’’, entre comillas y con la boca pequeña.

En fin, que o se ponen las pilas y hacen los deberes nuestros políticos, o ya no podrán alardear de Europa.  O se toman las medidas, para evitar el control de los mercados en las políticas comunitarias y se establece un poder eficaz e independiente que gestione bien Europa, tanto en las duras como en las  maduras, o todos, o casi todos, volveremos a tener esa extraña sensación que produce pagar algo estrenando moneda.

Entonces tendremos que decir……… Bye Bye Europe.

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