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martes, 10 de octubre de 2017

Separatismo 1 - Estado de Derecho 2

El separatismo catalán ha chocado con la realidad esta semana. Dos golpes, que si bien no acabarán con el proces, al menos contribuirán a bajar de las nubes, una parte del falaz argumentario independentista.

Por una parte, el domingo 8 de octubre, quedará marcado en la historia como la primera gran manifestación a favor de España jamás conocida en Cataluña. Según las fuentes, entre medio millón y un millón de personas se concentraron en Barcelona a favor de la unidad de España. Aunque en realidad, no creo que lo más importante sea la cifra. Lo más destacado de esta manifestación pacífica organizada por Societat Civil Catalana, ha sido el particular "basta ya" de esa sociedad catalana silenciada durante años. Una sociedad no independentista que jamás se había organizado mayoritariamente para plantar cara al secesionismo. La sociedad que los separatistas desprecian y que como poco representa el 50% del total de Cataluña. Centenares de miles de personas, manifestando su postura, sin ningún tipo de apoyo financiero y propagandístico, como sí que tienen las manifestaciones organizadas por el separatismo, donde la Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural tienen un papel vertebrador, tanto en la organización como en el aspecto propagandístico y merchandising de las mismas. Todo ello, regado evidentemente por cuantiosas y desconocidas sumas de dinero provenientes de la Generalitat . O lo que es lo mismo, de todos nosotros. El domingo, quedó demostrado que el separatismo no es mayoritario – al menos lo suficientemente mayoritario como para exigir una reforma constitucional que les permita celebrar un referendum sin contar con el resto de españoles- ni cuenta con un porcentaje tan amplio de la población como para atreverse a declarar de manera unilateral la independencia.

Por otra parte, el mundo empresarial empieza a reaccionar, y algo que era tan evidente como que ante la inseguridad jurídica las empresas desaparecen, se está viendo constatado. Atrás quedan las llamadas a la tranquilidad que desde el Govern llevan pregonando desde el año 2014. Esas afirmaciones que intentaban transmitir que la Arcadia Feliz en la que se convertiría Cataluña tras su independencia, sería un imán para las empresas y las entidades financieras se darían tortas por permanecer en Cataluña (Palabra de Artur Mas). Pues bien, Caixabank, Banco Sabadell, Catalana Occidente entre otras ya han dado el primer paso, trasladando sus sedes sociales fuera de Cataluña y todo apunta que serán muchas más -si no todas las grandes empresas- las sociedades que seguirán sus pasos. Si bien, a corto plazo el traslado de la sede social solo supone el traslado de algunos directivos y la perdida de impuestos autonómicos para Cataluña, la historia nos demuestra, como es el caso del Quebec, que estas empresas luego no vuelven tan deprisa como se han marchado, y lo normal es que poco a poco se vayan acoplando en su nuevo destino, que las acogerá con los brazos abiertos y en un entorno social mucho más estable, y vayan trasladando poco a poco todos los departamentos. Algo tan evidente y lógico, que como bien dijo Josep Borrell en su discurso de la manifestación del 8 de octubre, no se comprende como el mundo empresarial no lo dejó meridianamente claro mucho antes. Los separatistas, en el mundo de prepotencia y supremacía en el que viven, no han entendido que sin España no hay Europa. Y sin Europa no hay financiación ni seguridad jurídica.



                                Foto; Lluís Gene/AFP

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