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lunes, 30 de octubre de 2017

Tendamos puentes

La farsa independentista ha llegado al callejón sin salida, que el sentido común tenía reservado para ella. Con la declaración unilateral de independencia y la aplicación del artículo 155 de la Constitución, queda claro que en un Estado de Derecho, le ley no es baladí para nadie. El separatismo catalán lleva años siendo el trilero de la democracia. Acuden a los tribunales de justicia (entre ellos al Constitucional) para hacer efectivas sus legítimas demandas,  y cuando las pierden, incumplen las Sentencias y denuncian la politización de los tribunales, despreciando la separación de poderes, que aunque es ciertamente mejorable, rige en España. Se presentan a elecciones, llamadas plebiscitarias,  con una hoja de ruta que cambian a su antojo. Prometen cosas imposibles apelando a los sentimientos legítimos de las personas, mintiendo, tergiversando y manipulando datos según sus conveniencias.

El viernes 27 de octubre, todo esto acabó. El Gobierno de España, activó el 155 de la Constitución de la manera más inteligente posible; convocando Elecciones Autonómicas inmediatamente y destituyendo a todos los miembros del Govern. Mariano Rajoy, en un gesto audaz y totalmente desconocido en su persona nos regaló a todos los constitucionalistas un rayo de luz, ante tanta desfachatez. El jueves, el cesado Puigdemont, tuvo la oportunidad de convocar elecciones e inmolarse políticamente él solo (un gesto que le habría honrado después de ser el principal culpable de la situación) pero se decantó por declarar unilateralmente la independencia y provocar la perdida del autogobierno catalán, después de 40 años de una Generalitat  plenamente reconocida y con el mayor número de competencias transferidas jamás obtenidas. Siglos de historia, de anhelos catalanistas, tirados por la borda, por el capricho y cobardía de este señor Ahora toca restablecer la legalidad y la democracia en Cataluña desde el gobierno central.

Esta situación indeseable, con una sociedad amplia que vive en el mundo paralelo creado por el separatismo, es susceptible de generar situaciones tensas en los próximos días, y para ello la CUP lleva calentando el ambiente todo el fin de semana, con un vídeo llamado "Mambo" donde claramente escenifican que una vez despeñado el Govern por el precipicio empujado por ellos, ahora es su momento. El momento del mambo. Para mí, todo una declaración de intenciones. Por ese motivo, una aplicación rápida del 155 con el objetivo de convocar elecciones lo antes posible parece muy acertado, para dar a entender a la sociedad catalana que España es un Estado de Derecho que no reprime a nadie ni anhela la destrucción del autogobierno de ninguna Comunidad Autónoma. Ahora todos los catalanes podrán votar. Incluso el 30-40% de personas que normalmente se abstienen en los procesos electorales, deberían dar su opinión.  

La misión de la gran mayoría de españoles que estamos a favor de la unidad de España, de la legalidad, de la democracia, y que además estimamos al pueblo de Cataluña, es comenzar a tender puentes. Demostrar con argumentos y con hechos que juntos, plurales y diferentes, somos mejores. Va a ser difícil y lento, ya que estamos ante millones de personas que durante años han sido tratadas como rebaño por sus políticos y activistas. Han vivido en un ambiente intoxicado, donde el separatismo ha utilizado vilmente las libertades que les da el Estado de Derecho, para ir copando con sus mensajes sectarios todos los ámbitos posibles, con el único objetivo de destruirlo desde dentro. España no existe para ellos. Y el diputado Gabriel Rufián nos lo recuerda con su frase "Viva Galiza Ceibe, Viva Andalucía libre, Viva Castilla libre, Gora Euskalerria Askatuta, Visca Catalunya lliure, Visca els Països Catalans"

Tender puentes con la sociedad catalana, es demostrar a cada ciudadano independentista de bien, como les han engañado. 

Demostrar que a pesar de lo que les han dicho, España es un Estado de Derecho donde la justicia es independiente y no se puede interferir en ella. El propio PP está en una situación muy complicada, a punto de ser condenado por financiación ilegal y por ser una organización que ha estado gestionada por corruptos subyugados a intereses empresariales también corruptos. Explicarles, como los tribunales fallan a favor de Cataluña cuando así lo consideran. Ventajas de la separación de poderes. Algo que el cesado Puigdemont no parece entender, cuando en las negociaciones previas a la DUI, exigió para convocar elecciones anticipadas al Gobierno de España, inmunidad para él y los suyos en los futuros procedimientos judiciales que se derivaran de sus actuaciones y la libertad de dos personas imputadas por sedición (recuerdo, no por sus ideas políticas), que se encuentran en prisión preventiva por mandato judicial, como son los presidentes de la ANC y Omnium Cultural.

Demostrarles también, que el paraíso que les prometieron con empresas y bancos pugnando por entrar a realizar sus actividades en Cataluña, se difumina rápidamente. Hasta la fecha, más de 1.600 empresas han sacado su sede social de Cataluña. Hoy no queda ninguna entidad financiera radicada en Cataluña. Algo tan lógico y evidente, que aún estoy asombrado como desde el mundo empresarial, no se dejó bien claro desde hace mucho tiempo. Sin España, no hay Europa y sin Europa no hay estabilidad jurídica y financiera. Es cierto, que la salida de sedes sociales no es un drama económico aún, pero lo normal es que poco a poco esas empresas, que llegarán a otros lugares con tranquilidad social y recibidas con los brazos abiertos, consideren seriamente el traslada paulatino de toda su actividad. Tenemos el caso del Quebec, donde Montreal nunca se recuperó de un proceso parecido. De momento, todos los impuestos autonómicos de esas empresas están perdidos.

Es muy importante, que todos comprendamos que España no se comprende sin Cataluña y Cataluña no se comprende sin España. Siempre hemos ido de la mano. Para alguien tan poco patriótico como yo (nunca he ondeado una bandera) ver la bandera española significa ver la Playa de la Concha, los molinos de Consuegra o el desierto de Tabernas. Significa oír unas sevillanas, una sardana o una gaita asturiana. Significa degustar una paella valenciana, un pulpo gallego o unas migas extremeñas. Los símbolos de España nos unen a todos. Cataluña es la región pujante que es, precisamente por esa unión. Políticas económicas llevadas a cabo durante el último siglo en Cataluña, por parte de los diferentes Gobiernos democráticos o autoritarios, han estado orientadas a la industrialización de la parte española más cercana a las antiguas fronteras europeas. Un dato que a los que venden separatismo se les suele olvidar, es como en plena época franquista, cuando España entera estaba sumida en un periodo autárquico y de depresión económica, el Instituto Nacional de Industria, creado ad hoc para gestionar las inversiones extranjeras que empezaban a llegar tras la apertura económica del país, destinó el 70% de las inversiones a Cataluña.
Tendremos que demostrar, que internacionalmente no está bien visto lo unilateral. Que en un mundo globalizado, y una Unión Europea tendente a reclamar cada día más competencias a sus estados miembros, es un anacronismo autoaislarse. Si de algo ha servido toda esta locura separatista es para que tanto la UE, como EEUU y el resto de países del mundo y organizaciones como la ONU y la OTAN, declaren su no reconocimiento a la República Catalana.

Habrá también que desmentir el famoso "Espanya ens roba". Una frase que ha generado odio en ambas partes. Porque unos se sienten robados y otros insultados. Si aplicamos el sentido común, es evidente que los impuestos los pagan los ciudadanos, no los territorios. Y todos los ciudadanos, están sometidos a tres tipos de impuestos; Estatales, Autonómicos y Locales. Es evidente también, que los impuestos estatales no pueden discriminar por razón de residencia. Por lo tanto, algo tan simple como que dos personas con las mismas condiciones laborales y familiares, pagan los mismos impuestos estatales en Tarragona y en Granada, se ha manipulado de tal manera que existe una creencia real, entre las personas que apoyan la independencia, de que en Cataluña se pagan más impuestos que en el resto de España. Argumento, que intuyo es uno de los más poderosos en el imaginario independentista. Es posible que en Cataluña se paguen más impuestos que en el resto de España. Pero en todo caso serán impuestos autonómicos y locales. Lo que si existe en Cataluña, es un despilfarro económico producto de las ansias soberanistas. Las llamadas "Embajadas", las desconocidas subvenciones que van a para a entidades y asociaciones separatistas o mantener 7 canales públicos de televisión, son buena muestra de ello.  Es necesario, informar a los buenos ciudadanos independentistas, sobre las cuentas reales de la Generalitat. Para este propósito, después de que el Ministro Montoro, tomara en septiembre el control de las cuentas de la Generalitat poco a poco se están empezando a conocer algunos datos escalofriantes. Aunque aún es pronto y todavía no hay mucha información al respecto, pero los primeros datos apuntan a que en Cataluña, una vez pagados servicios esenciales (sin embajadas ni subvenciones para merchandising separatista) queda un remanente mensual de 660 millones de euros. Esto es necesario que todo independentista lo sepa.

Es necesario además, explicar que el relato histórico creado para defender una Cataluña independiente, no se sostiene. Jamás Cataluña ha sido un pueblo colonizado, ni oprimido. Jamás, Cataluña ha sido un Estado independiente reconocido. Cataluña ha formado parte activa del devenir de los acontecimientos peninsulares en todos los momentos de la historia, pero siempre englobada en las antiguas Coronas reales, en Monarquías Autoritarias, en Repúblicas, Dictaduras y Democracia. Lo que si nos enseña la historia, es que en Cataluña bajo todo régimen, los políticos separatistas se han dedicado a fracturar la sociedad catalana intentando imponer sus deseos. Nunca tuvieron legitimidad suficiente, y solo consiguieron estados de tensión entre catalanes, que se resolvían según las formas de cada época. Véase por ejemplo la Guerra de los segadores que acabó con una Cataluña invadida por Francia, solicitando apoyo a España para ser liberados.
Miles de artículos y publicaciones, tanto en castellano como en otros idiomas, desmontan todas las mentiras históricas de los separatistas. Aunque como es lógico, el separatismo catalán solo dé verosimilitud a sus financiados historiadores (Oriol Junqueras, por ejemplo), el resto del mundo y prestigiosos historiadores como Stanley G. Payne, por simple sensatez son más creíbles.

Tenemos que demostrar a todos los independentistas catalanes, que su cultura es tan importante para nosotros como la castellana, la andaluza, la vasca, la gallega o la canaria. Que en estos 40 años de etapa constitucional, la hemos fomentado llegando a unos niveles de protección y difusión nunca conocidos, siendo su máxima expresión la lengua catalana. Pero también es necesario hacer comprender a los separatistas, que no todos los países tienen una lengua, ni todas las lenguas tienen países. Por esa regla de tres, Inglaterra sería un país inmenso, y Castilla sería un estado descomunal (Ingles y Castellano son las lenguas más habladas) España, Australia, Latinoamérica, EEUU o Brasil no existirían e idiomas como el romaní o el frisón tendrían que constituirse como pequeños estados. La cultura y especialmente el lenguaje pertenece a las personas que lo hablan, y la función de los estados es su protección. Sobre este tema, ya profundice en su día en este mismo blog, en mi artículo "Al pan pan y al vino vino".

Hacer comprender a los separatistas, que el 48% del Parlament no tiene legitimidad ni para cometer ilegalidades como convocar un Referéndum, ni mucho menos para declarar de manera unilateral la independencia, es también primordial para empezar a tender puentes. Prueba de esa falta de legitimidad, es la manifestación a favor de la unión de España, que hoy mismo a vuelto a desbordar las calles de Barcelona, con la participación activa de todos los partidos constitucionalistas con representación. Jamás se ha declarado algo tan trascendental e irreversible como una independencia con un porcentaje de apoyos tan exiguo. Hacerles comprender, que tensar la cuerda de esta manera, solo provoca tensión y enfrentamiento entre familias, vecinos y amigos.

Por nuestra parte, es necesario hacer un ejercicio de comprensión. Los buenos catalanes que se piensan independentistas, han sido engañados y manipulados desde hace décadas. La estrategia separatista ha sido sutil pero muy eficaz. Después de mucho tiempo meditando, creo que no soy capaz de decir que en Cataluña ha habido adoctrinamiento a través de la educación y los medios de comunicación públicos. Pero también, después de observar varios informativos de TV3 , ver diversos vídeos que circulan por redes sociales y leer multitud de noticias sobre denuncias impuestas por diversas personas que creen que se está adoctrinando a sus hijos, puedo afirmar que si no estamos ante un proceso de adoctrinamiento que genere odio, al menos estamos en un proceso de desprecio absoluto hacía España. El proceso de ingeniería social, llevada a cabo por el separatismo catalán durante décadas, será estudiado en un futuro en Universidades como algo obligado a no repetirse, pues ha generado una sociedad sectarizada en el pensamiento único, que ahora es necesario comprender para poder ayudar.

Por nuestra parte además, flaco favor haremos a ese ejercicio de tender puentes si nos posicionamos junto la extrema derecha española. Esa que siempre ha estado ahí, poco numerosa pero esperando escenarios como el actual, para reaparecer y llevar a cabo las actividades violentas que tan bien saben hacer. Por ello, nos tenemos que pedir un ejercicio de comprensión, mente fría y paciencia. Estos salvajes aparecerán harán sus barrabasadas, pero los buenos demócratas debemos denunciar estos hechos y no jalearlos. Contrarrestar al radicalismo separatista con su misma moneda, solo nos hace ponernos a su bajeza. Dejemos que se queden solos en sus amenazas y boicots al pueblo catalán.

Estimados independentistas de bien. Si después de todos estos argumentos, preferís seguir defendiendo la independencia, estáis en todo vuestro derecho. Es España se respetan todas los posicionamientos políticos. Proponer un Referéndum a nivel nacional. Buscar apoyos para una reforma constitucional que permita hacer un Referéndum a nivel autonómico. Tened paciencia. Si en esta legislatura es imposible porque no encontráis las mayorías necesarias, solicitar el voto en el resto de España para partidos que os apoyen que desgraciadamente existen. (Podemos está de vuestra lado, aunque con estos nunca se sabe. Claman al cielo porque el Gobierno aplique un artículo Constitucional y luego ellos intervienen a su partido en Cataluña cuando ven que se tuerce)

Pero por favor, hacedlo por las vías democráticas. No quebréis más a la sociedad española y catalana especialmente. No coaccionéis a la oposición. No intimidéis a funcionarios. No acoséis a Guardia Civil y Policía Nacional cuando están trabajando o descansando en sus domicilios. No manipuléis, engañéis ni tergiverséis la realidad.

Por favor salir de ese mundo paralelo de egoísmo y supremacía intelectual, en el que os han metido.






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