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viernes, 28 de octubre de 2011

20 Octubre 2011. Agur ETA



Recuerdo aquella imagen, de forma permanente. Han pasado muchos años y mis recuerdos son algo difusos.
Yo solo era un niño, sin más preocupaciones que hacer un buen partido, en el campo de fútbol.              
Pero solo recuerdo eso, la imagen. Me ha acompañado el resto de mi vida.
No sé si fue en el telediario de la tarde o en el de la noche, tampoco sé la fecha exacta. Antes de 1992, eso seguro. Todavía vivía en las llanuras.
Recuerdo ver en el televisor que teníamos en casa de Llanos del Caudillo (Ciudad  Real), la imagen de una mujer tirada en el suelo, intentando levantarse. Tenía el cuerpo negro. Mucha sangre y el una niña carbonizada. Creo recordar que había algún cadáver a punto de ser ocultado por una bolsa.
Mi padre, siempre tan cuidadoso con el lenguaje que utiliza, lanzando improperios, y diciendo ''pandilla de hijos de puta'' a alguien totalmente desconocido para mí. Mi madre, lacrimosa, intentando callar a mis hermanos pequeños. Ellos, no entendían nada. Yo aquel día empecé a conocer a ETA.





''La historia de ETA, es la historia de sus victimas'', ha sido la frase de algún político que he escuchado y más grabada se me ha quedado. Ya que pienso, que la historia de ETA, salvando las distancias, es también nuestra historia. La de nuestra generación, que ha crecido, entendiendo a base de crímenes, los fines que perseguía esta gente, y los horribles métodos que utilizaba para conseguirlos.
Pero he aquí, la historia. La que se escribe desde las llanuras. Sin cortapisas, ni especulación. Sincera, llana y clara.
Euskadi Ta Askatasuna, (ETA), nació como consecuencia de una escisión en el seno de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, por parte de grupos radicales ante el régimen franquista, como EKIN y EGI.
Como consecuencia de esa oposición a una dictadura, que se hacía pesada y odiosa para la mayoría de la ciudadanía, sus primeras acciones violentas, como el caso de su primer asesinato premeditado, tras el del Guardia Civil José Pardines en un control, tuvieron gran repercusión, e incluso gran parte de la sociedad los apoyaba en silencio. Fue el asesinato de Melitón Manzanas, cara visible de la represión en el País Vasco y ex-combatiente franquista e informador de la Gestapo. Ni más, ni menos.
Tras seis asambleas, algunas escisiones y conflictos internos, en diciembre de 1973 contaban con más de un centenar de víctimas, dos etarras condenados a muerte y ejecutados en 1970 (eran otros tiempos), dos grupos, uno Político- Militar y otro Militar que decide unilateralmente el asesinato más mediático de la banda.
El almirante y Presidente del Gobierno Franquista, Luis Carrero Blanco y sus dos acompañantes, fueron  asesinados tras salir de una iglesia madrileña. La carga de explosivos que llevaba en su coche fue tal, que hizo volar el vehículo hasta la azotea de un inmueble cercano a la iglesia. Este atentado fue celebrado por todos los opositores exiliados.
Pero también ocasionó, la escisión completa de los que abogaban por la lucha enmarcada en los cauces políticos y los que no veían otra forma, que la lucha armada.


Recuerdo, que tras el atentado de la niña Irene Villa, y su madre, los nombres los aprendí después, mi padre no paraba de hablar de ETA. Ese mismo día, tras mis posteriores investigaciones, la banda terrorista, colocó una bomba lapa, en el coche de dos militares. El Comandante del Ejército de Tierra Francisco Caballar, murió en el acto y su compañero, Comandante de Infantería, Rafael Villalobos, quedó herido gravemente.
Fue el 17 de Octubre de 1991.
Un día nefasto, en el que tres familias sufrieron las consecuencias de la locura y la barbarie, y un día que marca, mi punto de partida hacía el intento de comprensión y entendimiento, de un fenómeno, que por mucho que lo he intentado, sigue siéndome incomprensible.
A partir de aquél día, mi padre se pasó semanas hablando con mi madre de ETA. En el bar con amigos, solo se hablaba de ETA. Incluso en la plaza del pueblo, existía una vieja pintada que con mis ocho años, recién cumplidos, pensaba que era algo intrínseco de aquella blanca pared. Decía en letras mayúsculas y negras ''GORA ETA''. Durante semanas mis preguntas a mis padres fueron constantes. Recuerdo aprovechar cualquier conversación que saliera el tema para informarme.
Empecé a entender, que un grupo de ''animales'' mataban gente, porque querían hacer un país para ellos solos. Fueron más o menos mis conclusiones en aquella época.
Pero había algo que no me cuadraba. Si ETA, era tan mala, ¿Por qué alguien había escrito su nombre en la plaza del pueblo?. Yo siempre tan curioso, y mi padre sin respuesta para eso. No fue capaz de decirme que existían vándalos, cabrones y delincuentes en aquel pueblo, como en cualquier sitio, que dedicaban el tiempo a ese tipo de cosas. Lo que si me dijo, fue el significado de la frase.
Por cierto, no sé porque, pero al poco tiempo, esa pintada desapareció. Puede ser que la plaza, necesitara una buena mano de pintura, QUE LA NECESITABA..........o puede ser qué aquellos atentados tan ilustrativos y a todo color, por la televisión, empezaran a remover conciencias.


Pero, que siga hablando la historia. Porque ese apoyo en tiempos franquistas, se fue diluyendo al final del régimen. La transición, fue una bocanada de aire fresco, un proyecto de ilusión, de esperanza. Donde los demócratas, apartaron diferencias, para elaborar un proyecto común. Nacía la Constitución Española y el Estado de Derecho. Libertades que muy pocos recordaban, volvieron a renacer. La inmensa mayoría de la población española, refrendo las bases de la nueva España. Era la hora de la política, y la sección Poli-Mili de ETA, no tardó en darse cuenta.
Tras la muerte de Franco en 1975, la ETA Poli-mili, se dedica a cobrar el impuesto revolucionario y secuestrar empresarios. Pero el secuestro e incomprensible asesinato de Angel Berazadi, tras pagar un rescate inferior su familia, a la desorbitada suma que les pedían, abrió una brecha en la organización. El empresario muy querido en el pueblo vasco,  militante del PNV y fundador de las escuelas de enseñanza de Euskera, no era el prototipo que los terroristas llamaban, ''enemigo del pueblo vasco''
Otro episodio que continuó estirando la brecha fue con la extraña desaparición de Pertur, líder ideológico del brazo político-militar de ETA, en Francia (1976), parece ser, y todo son hipótesis, que ejecutado por sus propios compañeros, más propensos a las armas, en un intento de aparentar, lo que empezaba a despuntar, la guerra sucia. Grupos afines al franquismo, que lucharon contra ETA a su manera.

- Una tregua encubierta, durante la reforma de la ley electoral y las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República (1976-1977)
-Una primera reunión de ETA con el gobierno de Adolfo Suarez, en Ginebra, en 1976. Mediando el periodista, José María Portell, que dos años después sería asesinado por los terroristas.
- Un diputado en el congreso en las elecciones generales de 1979 de Euskadiko Ezkerra (EE), que confirmó a la formación por detrás de Herri Batasuna, el más votado de la Izquierda Abertxale y brazo político de ETA- militar, con dos.
- 6 diputados en las elecciones autonómicas de 1980, con el 8% de los votos.
- Una campaña de terror contra el partido UCD, con el secuestro del diputado Javier Rupérez y un atentado con lanzagranadas al Palacio de la Moncloa, sin daños personales.
- Otro campaña contra intereses turísticos españoles.
- Mas secuestros de empresarios, como el valenciano Luis Suñer y cónsules extranjeros, para llamar la atención a la comunidad internacional por supuestas violaciones a los Derechos Humanos del gobierno de Suarez, que todo quedo con un informe de Amnistía Internacional, donde no aparecía nada anómalo.

Unos años de mucha actividad política y militar, para una banda terrorista que se disgregaba a pasos agigantados, en gran parte al trabajo de los cuerpos de seguridad y especialmente la redada orquestada por la operación ''Lobo'' y al convencimiento de muchos de sus miembros, que la lucha armada tocaba a su fin.
El 23-F de 1981, no solo fue un intento frustrado de acabar con el nuevo orden establecido y un atentado contra el pueblo español. Tuvo dos contrapartidas muy beneficiosas, la unidad y seguridad de lo que se quería, se reafirmó con el mensaje del Rey Juan Carlos I y quedó claro que una involución política que acabara con los avances conseguidos en los últimos años, era posible.
6 días más tarde, ETA- Político-militar, hacía pública su disolución definitiva. A cara descubierta, comunicaba que el 20% de su organización abandonaba las armas. El resto, con algunos ilustres como Arnaldo Otegui, se incorporaría a la ETA- militar, que durante todo ese tiempo, siguió asesinando, extorsionando, chantajeando y secuestrando personas con, cada vez, más intensidad.
Mientras tanto, el fin de ETA-pm trajo un acercamiento de presos a Euskadi y El Plan de Reinserción Social, que contemplaba la amnistía para los presos sin delitos de sangre y el regreso de los refugiados, que culminó con éxito en enero de 1985. El joven Estado de Derecho, comenzaba a funcionar.

Recuerdo aquellos años con nostalgia. Dicen que había crisis. Yo, a mi edad juvenil, no la apreciaba. Eran mediados de los años 90. Concretamente el verano del 97.
A mis 15 años, pasaba los veranos, en el pueblo, en casa de mi abuela. Siempre en las llanuras. Mis padres quedaban en Bailén, donde vivíamos desde finales de 1992, para trabajar.
Allí, con los amigos de toda la vida, la piscina municipal era nuestra segunda casa. Un equipo de música, siempre nos acompañaba, al igual, que los litros de calimocho y el tabaco en el calcetín, para no ser descubiertos, eran imprescindibles en el ajuar piscinero.
No recuerdo si era lunes o martes, tal vez domingo. Lo que estoy seguro, es que fue el 12 de julio de 1997. Celebrábamos en la piscina, el cumpleaños de uno de los nuestros. Pero aquél día no hubo cánticos. En vez de música, pusimos la radio, ¡LAS NOTICIAS!. Cumplía el plazo, para que el gobierno de José Maria Aznar, aceptara las condiciones impuestas por ETA, para dejar libre al secuestrado Miguel Ángel Blanco. Los terroristas pidieron al gobierno el acercamiento de presos a Euskadi o en 48 horas matarían al concejal del PP de Ermua.
El impacto de la noticia fue brutal. Jóvenes de 15 años, alrededor de una radio en el césped de una piscina, llorando como niños de 3 años. Sabíamos que el plazo había acabado, pero nadie esperaba tal demostración de sangre fría y maldad.
El cuerpo de Miguel Ángel, apareció aún con vida, creo recordar en un bosque. Pero los equipos sanitarios no pudieron evitar su muerte. Dos heridas de bala en la cabeza y otra muerte inútil.
Hasta en el pueblo, cercano a los 700 habitantes, hubo manifestaciones al día siguiente. No recuerdo tanta unidad en España, por ningún otro motivo. Todo fue un clamor popular, identificado con las manos pintadas de blanco y millones de personas en la calle pidiendo paz. Nació el Espíritu de Ermua.
Ese, desde mi forma de entender la historia de ETA, fue el principio del final. Ya iba, entendiendo más cosas. Sabía que el acercamiento de presos a Euskadi, era una petición que no iba a conceder el gobierno. Entraba dentro de la política de dispersión, que se había aprobado en el anterior gobierno de Felipe González, por el ministro Enrique Múgica. Separar a los presos de ETA, para hacerles más difícil el contacto y atacar su autoestima. Una de las leyes, que democráticamente han servido para hacer más débil a ETA.
El precio político....... el hermano del ministro, Fernando Múgica, cayó abatido a tiros delante de su hijo. Otra salvajada, como el asesinato de Gregorio Ordoñez, mientras comía con su amiga del PP, María San Gil.
Eso fue en el año 1996. Al igual que otro asesinato que no recuerdo muy bien. Solo el nombre. Es imborrable de mi mente. Francisco Tomas y Valiente. En el momento de su muerte, debía contar con un gran prestigio, ya que al cabo de un tiempo se le dedicó una calle de Madrid. Creo que fue, en su despacho de la Universidad, mientras hablaba por teléfono con un amigo. A quemarropa, sin importar los testigos.
Recuerdo que fueron los años más duros de ETA. A veces, sentía miedo en la calle, a un posible atentado, sobre todo las semanas posteriores a cualquier acción violenta de los terroristas. Hubo muchas muertes y secuestros por aquel tiempo.


Cuenta la historia, que coincidiendo con el inicio del gobierno socialista de Felipe González, se vivieron los momentos más deplorables de la lucha antiterrorista. Indicando una falta de sentido democrático y del Estado de Derecho. La Guerra Sucia, alcanzaba sus cotas más altas. ETA, seguía con su campaña de terror y el gobierno permitía obrar a los llamados Grupos Antiterroristas de Liberación, (GAL).
23 miembros de la banda asesinados, denuncias de torturas policiales, en un ambiente enrarecido, donde aún no se sabe, la implicación que tuvo el gobierno socialista. El Estado de Derecho que tanto se defendía desde la Constitución Española, empezó a funcionar con lentitud, pero hoy la gran mayoría de los casos, están juzgados y condenados.
En 1987 aconteció el hecho que significó un punto de inflexión en la lucha antiterrorista. Tras el horrible atentado del Hipercor, donde murieron 24 víctimas civiles, un gran pacto entre todos los partidos, selló, lo que sería la hoja de ruta a seguir en la lucha contra ETA. Generalmente  la banda terrorista avisaba con antelación de los atentados con bomba contra objetivos civiles, no haciéndolo en el caso de objetivos militares. En algunas ocasiones, se han producido fallos en el sistema de avisos empleado ocasionando numerosas víctimas, como en el caso del atentado contra el citado centro comercial en el que finalmente, por sentencia judicial, se reconoció la responsabilidad del Estado por la tardanza en evacuar dicho centro al considerarse una falsa alarma, habiendo avisado ETA 35 minutos antes de producirse la trágica explosión.
El Estado de Derecho seguía funcionando, con sus fallos, pero funcionando. Ejemplo el encarcelamiento de José Barrionuevo y Rafael Vera, ministro de interior y secretario de estado, debido al secuestro de Segundo Marey, al confundirlo con el número uno de ETA.
Durante los siguientes años, mientras la banda seguía asesinando, a excepción de pequeñas treguas, más enfocadas ha rearmarse, tras las detenciones y deserciones que a otra cosa, diversos pactos políticos se fueron sucediendo. Toda la sociedad, quería la paz y nadie, excepto ETA pensaba que la lucha armada podría triunfar. Pactos como el de Ajuria Enea, Navarra, Madrid o el plan Ardanza reforzaban la posición política frente a las armas.
Desde las conversaciones fallidas, denominadas de Argel, se rompieron las negociaciones hasta la tregua de 1998. Año en el que el entonces presidente del gobierno, Jose Maria Aznar, ordena el acercamiento de 135 presos al País Vasco y se producen las negociaciones de Zurich. Estás vuelven a fracasar y la banda terrorista rompe su tregua.
Más barbarie sin sentido. Atentados contra cuarteles de la Guardia Civil, políticos y funcionarios. Y secuestros. La década de los 90 fue, una de esas épocas que se recordarán por la cantidad y duración de los secuestros perpetrados. Cosme Delclaux, José María Aldaya o el secuestro más largo de nuestra historia. 532 día estuvo encerrado en un zulo, el funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara.


Recuerdo aquél viaje a Donosti. Fue en abril del año 2000. Mi padre, siempre tan didáctico, en sus explicaciones, para hacerme entender un fenómeno que a mí se me escapaba de la razón, me describió meses atrás, la sensación que le produjo ver los cristales insertados en las paredes, producto del atentado del militar Pedro Antonio Blanco en Madrid. Él, por entonces, trabajaba cerca, y cierto día comprobó aterrorizado, el poder destructor de un coche bomba.
En el autobús, camino de San Sebastián, posiblemente la ciudad más bella que han contemplado mis ojos, recuerdo perfectamente hablar de esto con mis compañeros de viaje.
Todos conocíamos el problema de ETA en el País Vasco y aunque tranquilos, nuestros más profundos instintos sin quererlo, estaban preocupados. Entre bromas, risas y comentarios típicos de jóvenes de 17 años, se escapaban conversaciones sobre el horror etarra.
Aunque había atentados más recientes, el tema más repetido, fue la liberación de Ortega Lara. Las imagenes, sacadas por televisión años atrás, habían calado hondo en nuestros subconscientes. Todos recodábamos aquella persona raquítica, de cara desorientada y miedo en el rostro, que tras una operación policial, vio la luz tras casi dos años de cautiverio. Las imágenes del zulo, eran escalofriantes.
¿Cómo una persona pudo aguantar tanto tiempo en esas condiciones?. El funcionario dió detalles de su día a día, transmitiendo a la sociedad el miedo y las ganas de morir que se apoderaban de él, en algunos momentos.
Nuestra estancia en Donosti, fue de lo más complaciente. La ciudad, preciosa, limpia y tranquila. La Concha, una maravilla. El Casco Viejo, una obra de arte. Nos encontramos con una sociedad abierta al turismo y muy acogedora. Tengo que decir, que no tuvimos ningún problema e incluso con las personas con las que hablamos, básicamente para pedir orientación o demandar algún servicio, su compartamiento fue amable y respetuoso.
Me fui del País Vasco, con intención de volver, algo que aún no he conseguido, aunque por mucho que lo niegue, la verdad es que, desde lo más profundo de mi ser, surgía el temor que cualquiera de los coches estacionados, explotara al cruzarme con alguna persona amenazada por ETA. Empezaba a comprender la valentía, de quien defendía sus ideas políticas bajo la presión amenazante de los terroristas y rodeado de escoltas en todo momento.





La historia final de ETA, es la de una lenta y progresiva agonía. Desde finales del siglo XX, la banda terrorista, se vio acosada por el Estado Constitucional,
Los partidos políticos, unidos en bloque, lucharon contra la banda terrorista de la forma más efectiva y honesta. Con leyes, algunas de ellas, muy cuestionadas por la sociedad española, pero más tarde se comprobaría efectivas.
Cierre de periódicos y empresas, pertenecientes al entramado terrorista. Más política de dispersión de presos. Cumplimiento íntegro de las penas por delitos terroristas. Reforma del código penal, para evitar el tercer grado y cualquier beneficio penitenciario a los miembros de la banda. Los actos, hasta entonces denominados vandálicos, de Kale Borroka, empezaron a considerarse otra forma de terrorismo y serían juzgados en la Audiencia Nacional, aunque fueran perpetrados por menores de edad. Ley de partidos, sacando fuera del juego político, a aquellos partidos, que formaban parte de antiguas escisiones de ETA o que simplemente apoyaban o no condenaban la violencia.
Todas ellas, leyes que asfixiaron económica y políticamente a la banda.
Los últimos años de ETA, significaron una continua caída de las diferentes cúpulas que se iban formando. El número de asesinatos fue decreciendo exponencialmente al número de detenciones.
Aunque en la recta final, se sucedieron diversos traspiés políticos, el fin de ETA se veía cerca.

La mala gestión por parte del gobierno de Aznar, de los atentados del 11-M, acabó con el mandato del Partido Popular y amplios sectores de la banda terrorista, intentando esquivar cualquier comparación con el terrorismo islámico, patente tras el 11-S y los atentados de Madrid y Londres.
Aún así, ETA, fue incluida en la lista de bandas terroristas por Estados Unidos y una condena internacional en febrero de 2002. Toda la comunidad internacional se sumaba a la lucha contra ETA. Muy especialmente, Francia, que a partir de entonces fortaleció su apoyo a España. Muchos dirigentes etarras, serían capturados en el país galo y extraditados. Francia, a su vez, también sufriría las consecuencias de ese apoyo, sumando victimas, a las listas de muertos por la banda terrorista.

Josep Carod Rovira, líder de Ezquerra Republicana de Catalunya, tuvo que dimitir, tras un comunicado de ETA, en el que trasmitían su decisión de no atentar en Cataluña. Esto sucedió tras una reunión con el líder catalán, que fue totalmente repudiada por todos los partidos con representación parlamentaria.

Durante 2006 y 2007, ETA anunció un alto el fuego permanente. Gobierno y oposición, rompen su unidad en la lucha antiterrorista, y la banda se rearma.
El Gobierno del presidente, José Luis Rodriguez Zapatero, inicia unas negociaciones calificadas desde la oposición de inaceptables. El líder de la oposición Mariano Rajoy, acusa al gobierno de estar dando concesiones a la banda y desde el gobierno quitan hierro al asunto, argumentando que ese tipo de conversaciones se habían dado en todos los gobiernos desde la transición.
La pelea interna de la democracia española, provoca un rearme de ETA, ya casi acabada, y un atentado totalmente inesperado, que rompe las negociaciones y hace acercar las posturas que no se deberían haber alejado.


Siempre recordaré, mi etapa en Madrid, por motivos de trabajo con mucho cariño. Fue una época, donde la soledad, durante aquellas semanas interminables, hizo que yo mismo me descubriera. Allí, perdí muchos complejos y mi actividad de devora-libros, durante mi descanso, me enseño a pensar de forma libre e independiente. Fue entonces, cuando la necesidad que ya arrastraba de tiempo atrás, comenzó a aflorar con fuerza. Necesitaba ordenar mis pensamientos y plasmarlos en un papel para ser feliz.
Enmancipado, desde hacía años, mis padres, terminaron de aleccionarme en materia de terrorismo. Entendía lo que era ETA, y detestaba los mecanismos que utilizaban para imponer sus ideas.
Aquella semana tuvimos mucho trabajo. Normalmente, los viernes por la tarde, ya estaba en casa, con mi familia. Pero aquel 29 de diciembre, se nos complicó el trabajo. Teníamos que dejarlo todo listo, para no volver hasta después del 6 de enero. A las 10 de la noche, decidimos volver a nuestro piso alquilado, al Este de Madrid, no eran horas de meterse 300 Kilómetros en el cuerpo, y hacía el típico frio seco, de los inviernos madrileños.
A la mañana siguiente, salimos temprano, sobre las 9:00 de la mañana. El viaje se presentaba tranquilo, sin los atascos a los que nos enfrentábamos todos los viernes.
Fue a la altura de Paracuellos del Jarama, donde empezamos a notar algo extraño. Demasiadas ambulancias, en todas direcciones. Eran sobre las 9:30 horas de la mañana del 30 de Diciembre de 2006. Una inmensa columna de humo negro, ascendía a nuestra derecha, sobre la zona del aeropuerto de Barajas. La radio, nos sacó de nuestras cavilaciones. ETA, rompía su tregua, de forma inesperada.
Increíblemente, solo dos personas, ecuatorianos en este caso, murieron. Viendo el estado en el que quedó los aparcamientos de la T-4 de Barajas, parace asombroso que el desastre no fuera mayor.
Mis sensaciones y opiniones, durante ese tiempo, ya independientes, a veces discrepaban con las de mi padre.
No estaba de acuerdo, con negar el derecho de constituirse como partido político, me parecía un ataque a la democracia. Tuve, mis reticencias al cierre de periódicos, aún no estando de acuerdo con sus contenidos, pensaba que se había luchado mucho, por la libertad de prensa. Evidentemente, me equivoqué.
Donde no discrepábamos, y la impresión era general en toda España, es que la banda estaba acorralada. Los muertos, cada vez se registraban con mucha menor frecuencia. Las extorsiones a empresarios, habían concluido y durante los últimos meses de vida de ETA, no pasaban dos meses, sin detener a las diferentes cúpulas terroristas que se sucedían. Casi todas estas detenciones, ya, en Francia. Parecía evidente que los terroristas, ya no estaban seguros en suelo español. Los tenían totalmente controlados.


La historia, contará el fin definitivo de ETA, el 20 de Octubre de 2011. Totalmente desarticulada, con más de 600 presos etarras, mostrando un comunicado lamentando los años de violencia gratuita, sin  miembros activos ni financiación, su orgullo les impidió dejar las armas sin más.
Necesitaron de un supuesta Conferencia Internacional, donde personalidades como el Premio Nobel de la Paz en 2001, Kofi Annan, se reunieron en San Sebastián con los partidos nacionalistas vascos y emitieron un comunicado, dejando patente su desconocimiento del terrorismo etarra. Fue el 17 de octubre de 2011.
Desde el atentado de Barajas, la banda terrorista centra sus objetivos en Guardia Civil y Policía Nacional. Aunque también son asesinados  en 2008, Isaias Carrasco, exconcejal del PSE. El empresario Ignacio Uría, responsable de ejecutar las obras para llevar al País Vasco, el AVE. Y el brigada del Ejército de Tierra, Luis Conde, en Santoña.
Carlos Saénz de Tejada y Diego Salvá,  ambos guardias civiles, fueron las últimas personas asesinadas por ETA, en España. Ocurrió el 30 de julio de 2009. Desde ese momento la actividad etarra se replega a Francia. El hostigamiento a los miembros de la banda y tras ser interceptado, un gran convoy, cargado de explosivos, que se dirigía desde Francia a Portugal, activaron las alertas en el país luso.
Detenciones en Portugal, España y Francia y una banda terrorista cada vez más arrinconada, provocan que su último asesinato, sea de una manera fortuita, tras ser perseguidos por la Gendarmería francesa, después del robo de un vehículo. El Brigadier Jean-Sergé Nerín, moriría en esa acción, conviertiendose en el último fallecido por la barbarie etarra, y el primero de la policía francesa.
Hoy, 27 de octubre de 2011, desde todos los partidos políticos, desde las asociaciones de las victimas del terrorismo y toda la sociedad española en su conjunto, se espera, que tarde o temprano, la banda terrorista, eleve su perdón, disuelva lo poco que les queda como organización y entregue las armas.
Independientemente, si la Conferencia Internacional, ha servido para algo, o solo ha sido la teatralización de un hecho consumado, es algo que a nadie le importa. Lo que esta claro, es que un paso como este, es un paso más hacía la ansiada paz.
Atrás, quedan más de 40 años de violencia y calamidad. Atrás, quedan 858 personas asesinadas. Más de un 40% civiles. Esas personas son los verdaderos héroes de esta historia. Héroes que han dado su vida por la libertad y han echo comprender a sus asesinos y a toda la sociedad, que la violencia solo produce dolor.






Recuerdo la semana pasada de una forma muy especial. Es por eso, por lo que he decidido escribir este artículo. Quería plasmar todo lo que me pasó por la cabeza, cuando se veía venir el final de ETA.
La historia de la banda terrorista es mucho más compleja.
Faltan los nombres y apellidos de todas aquellas personas que desde el final del franquismo, optaron a vivir, en una sociedad donde se pudiera pensar diferente, sin ser condenado por ello y les arrebataron su vida de forma cobarde.
Faltan muchos civiles, incluidos niños, pero también militares, jueces, fiscales, funcionarios, políticos, fuerzas de seguridad. Ellos son los protagonistas de esta historia.
Ellos, y todos los que han luchado por conseguirlo.
Hay que agradecer la labor de muchos políticos, yo que siempre voy a hierro con ellos, sobre todo del País Vasco, que han tenido que aguantar insultos, amenazas, desprecios e infinidad de situaciones incomodas, solo por pensar diferente.
Hay que agradecer a sus escoltas, servicios de vigilancia, guardia civil y policía, por el trabajo conjunto que han hecho para atrapar a los asesinos y por hacerlo con la presión, de que ellos mismos o cualquier compañero podría perder la vida.
Hay que agradecer a los periodistas, otro grupo muy atacado por la banda, la evolución que han tenido en las informaciones aportadas. La falta de tacto, ante aquellas imagenes que supusieron el inicio de mi conocimiento de ETA, al ver aquellos cuerpos carbonizados, hoy en día sería impensable.
Además de sus investigaciones, para sacar a la luz, cualquier tipo de exceso policial o político que perturbara el Estado de Derecho y sirviera como argumento válido para los terroristas.
Hay que agradecer a jueces y fiscales, por hacer su trabajo, con valentía. Incluso perdiendo compañeros en el camino.
Y por último, hay que agradecer a toda la sociedad, y muy en concreto a las víctimas y sus familiares, por dar un ejemplo de civismo y moralidad. Siempre recordaré aquellas manos blancas levantadas. Aquellas manifestaciones silenciosas. Aquellos lazos negros y las banderas a media asta.
Pienso que la historia ha demostrado, que es tiempo de hablar. De eliminar leyes como la dispersión de presos o la ley de partidos, incluso estudiar la posibilidad de buscar la salida a los presos sin delitos de sangre. Por supuesto, hacen falta más señales. Parece que desde diversas fuentes, empiezan a llegar noticias de un comunicado, donde la banda pediría perdón, ese sería un buen segundo paso. Una disolución y entrega de armas, sería el tercero.
No hay que bajar la guardia y seguir buscando a todo aquel que haya asesinado, secuestrado y herido a seres humanos.
Pero desde mi punto de vista, si ETA ha necesitado de una Conferencia, para dejar de actuar, bienvenida sea. Ahora solo pienso, en esa vida que he vivido, siempre pendiente de las noticias terroristas y las posteriores explicaciones de mi padre. Esa vida que se nos presenta ahora, libre. Donde poder pasear por cualquier rincón, del precioso País Vasco, sin miedo.
Ahora solo pienso, en el futuro y en el alivio de no tener que explicarles a mis hijos, aquello que tanto trabajo, le costó meterme en la cabeza a mi padre.






 Agur ETA.


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