Día de la Fiesta Nacional

VIVA ESPAÑA. ¿Por qué no decirlo?

El miedo a ser tachado de facha, siempre acompaña esta expresión. Personas con ideologías extremas, buscan durante todo el año el confrontamiento a través del sentimiento patrio.

Pero, ¿Por qué no celebrar un día que resalte el papel en la historia mundial, que ha tenido España? Y sobre todo ¿Por qué no hacerlo desde el respeto y la libertad?
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Francia, el 14 de julio. Estados Unidos, el 4 de julio. Polonia, el 2 y 3 de mayo, y el 11 de noviembre. Solo son algunos ejemplos de que, se puede ser un país libre, democrático y orgulloso de su historia y celebrar con respeto, los días más importantes para estas naciones.
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Pero es aquí, donde viene el problema. Y es que, desde el orgullo a la soberbia solo hay un suspiro, un gesto, una palabra de más o de menos, un atisbo de arrogancia y prepotencia.

Siempre lo he dicho. Me siento orgulloso de ser español y haber nacido donde nací. Pero no, más orgulloso que un ingles, por ser ingles, un alemán, por ser alemán o un boliviano, por ser boliviano.

Veo España, como un conjunto complejo de identidades que dan ese toque tan singular a este país. Ese toque, que nos distingue entre nosotros, que nos enfrenta en muchos casos y que nos une como pueblo en la mayoría.
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Este país, me ha dado un lenguaje. Un idioma que adoro por su riqueza gramatical, sus diferentes dialectos y por el gran número de hermanos que tiene (catalán, asturiano, valenciano, balear, portugués, francés, gallego). Todos ellos, y muchos más nacidos de la lengua madre, el latín, considerada como la lengua más culta de la antigüedad. Un idioma enriquecido con palabras que recuerdan el paso de musulmanes, celtas y pueblos indoeuropeos por estas tierras.

También me ha dado, unas costumbres y tradiciones, que intento adaptar a mi forma de pensar.

Unas buenas, como la gastronomía, y si es la vasca, mejor que mejor. Y otras no tan buenas como una ''fiesta nacional'' que no apoyo, pero tampoco veto. Las cosas suelen caer por su propio peso, es la ley de la gravedad.
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Mi forma de pensar, se puede calificar como poco española. Yo mismo me defino como un ingles extraviado, por las costumbres, nada más. Confieso que no soy el mejor español. Nunca he besado bandera alguna. La iconografía para los exaltados.

 Me rio constantemente de España y los españoles, incluyéndome a mí lógicamente, pero defiendo con uñas y dientes cualquier ataque del extranjero, que se base en tópicos añejos y vengan de parte de ignorantes resentidos, que no conocen el país.

Me gustaría algún día vivir en una República, pero no lo considero primordial. El Rey, hasta el momento, siempre ha estado a la altura de lo que se espera de él.
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Por todo esto, sigo pensando que celebrar un día tan importante como hoy, aniversario de la llegada de Cristóbal Colón a América, es celebrar nuestra convulsa, pero apasionante historia.

Esta más que demostrado, Colón no descubrió América. Quizá la redescubrió, la ubicó en el mapa, se topó con lo que creía que era Cipango (Japón) y la ruta oceánica a las Indias por casualidad. Todo se puede discutir. Lo indiscutible es que, a partir de aquél día 12 de octubre de 1492, el mundo empezó a cambiar.

Alimentos básicos en nuestra dieta, entonces desconocidos se empezaron a cultivar en todo el mundo. Animales insólitos para unos y otros, se embarcaban para asentarse en tierras inhóspitas para algunas clases y agradables para otras. Enfermedades desconocidas, asolaron las dos partes del charco, para hacer la raza humana más fuerte. Ese intercambio de microbios, que tanto daño causó en los albores de la Edad Moderna, puede ser la razón, de aquel odio que enfrentó a los dos mundos, cada cual pensando que el contrario era el diablo. Como diablos, fueron considerados, los primeros tripulantes de las carabelas que se bajaron echando humo por la boca. Ellos, que habían traído el tabaco al viejo continente, dieron buena cuenta ante la inquisición por fumarse un cigarrito.
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Durante siglos, la esclavitud, la guerra y la explotación del continente americano, creó alrededor de España, una leyenda negra, que aún hoy, a mucha gente acompleja. Pero es hora de olvidar, y pensar que eran otros tiempo y que el mestizaje e intercambio comercial, construyeron un continente, el americano, fuerte, para luchar por su independencia y libre para crear sus Estados, unos más que otros, democráticos.

Pero aquella llegada a América, significó también, un reto para los navegantes y cartógrafos. Empezaba la era de los descubrimientos y la humanidad necesitaba de artilugios de navegación, comunicación y útiles de guerra y almacenamiento más sofisticados. Empezaba también, el principio de la industria y la investigación y los inventores.
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El día de la Hispanidad, no es más que, la celebración del día que empezó a cambiar el mundo. Y eso es un día para que España y los españoles nos sintamos orgullosos de nuestra historia, a pesar de los tristes episodios que faltarían por llegar.