Traductor - Translate

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Indignación desbordada

Tengo que reconocer, que el comentario de hoy, era totalmente diferente a lo que va a ser. Es más, me resultaría más agradable escribirlo y me sentiría más útil al hacerlo, pero la actualidad manda, y mi corazón rebelde obedece sin reparos.

Ahora mismo, está sucediendo. Los alrededores del Congreso en Madrid esta volviendo a ser invadidos por miles y miles de personas cabreadas hasta límites preocupantes. Ayer fue solo el principio.

No cabe duda que hay razones para hacerlo, sin más propósito que transmitir el malestar general a los que confiados en los votos que han sumado cada cuatro años, creen que son invulnerables y pueden incumplir el programa electoral con el que se presentaron a las elecciones, a la semana siguiente de ganarlas y dicen en representación de sus votantes. Votantes a los que engañaron. Ellos se sienten invulnerables y pueden exigir sacrificios insultantes a los que sufrimos una situación que sus señorías han creado a lo largo de muchos años, con políticas más encaminadas a la satisfacción del momento y la vanagloria personal, que a la estabilidad del país en el futuro.
Y es que los ciudadanos, con su pequeña parte de responsabilidad en el asunto son los grandes perjudicados y los que estamos pagando una situación, que esos que se dedican a la política como profesión, no como vocación, (creo que de eso queda poco), han provocado, ocultado y más tarde endosado  a la población, sin remordimientos.

Tal vez sea ese el problema. La política se ha convertido en un oficio más, donde dos grandes multinacionales (PPSOE) acaparan la mayor parte de la producción, dejando sin recursos ni capacidad de reacción a sus competidores. Los fallos del capitalismo salvaje trasladados a la política.
El problema es que en política, eso se traduce en una exclusión de ideas, discriminación de propuestas y en una medida de silenciamiento a las voces discordantes, o lo que es lo mismo una dictadura consentida y un negocio muy lucrativo para los mismos. Se le puede poner el eufemismo de baja calidad democrática, pero en definitiva es lo mismo.

Los últimos gobiernos que se han mantenido gracias a un crecimiento ficticio de la economía, solo han sabido mantenerse gracias a sus políticas de inmediatez, con datos oficiales que le servían para darse el do de pecho amparados en unas cifras que se llegaron a entender como el milagro español. Nada más lejos de la realidad.
Primero, un gobierno popular favoreció este tipo de iniciativas, (todas ellas en el sector de la construcción), donde era fácil crear empresas, puestos de trabajo y crear riqueza. Mas tarde otro socialista, mantuvo esa constante y nos negó una crisis que la sentíamos encima de nosotros, y comenzó a realizar una serie de medidas, otra vez enfocadas en la construcción (PLAN E), que dieron como resultado un endeudamiento que en términos técnicos, bien podría haberse llamado quiebra. Ahora, a la sombra de los errores del contrincante y socio en el mantenimiento de esa baja calidad democrática que hablaba, asciendo otro gobierno popular con un programa electoral falso, donde desde la primera semana se vienen produciendo incoherencias más dignas de una película de risa (Subida del Iva, unos meses después de crear una plataforma para evitar que otros lo subieran, Subida del IRPF, una semana después de ganar la elecciones, donde apostillaron que no lo harían, el tema de los funcionarios, que en cierta forma lo veo lógico, recortes sustanciales en educación y sanidad cuando defendieron a capa y espada que no lo harían).
Una serie de desmanes, que tras cuatro años de aguantarlos, por algún lado tenía que salir.

Esta frustración y desafección hacía la política, que ahora asoma con estas manifestaciones, no son el resultado de algo puntual. Es la misma indignación de las primeras protestas, desbordada por los acontecimientos. Es algo lógico, obvio. Algo que tenía que pasar, y lo ha hecho de una forma pacífica, aunque siempre estén los mismos bárbaros inadaptados montando bronca, también alentados por la propia policía infiltrada, según se cuenta por ahí, que aunque no me crea tal disparate al no conseguir encontrar las causas para hacerlo, no me atrevo a descartarlo.

¿Qué piden exactamente?-Preguntan. Tal vez, muchos ni lo sepan. Pero está claro que esto no funciona y ahí que buscar culpables y salidas reales. Basta de retórica.

Yo como siempre sigo con mis ideas y apoyo estás protestas. Las pacíficas se entiende.
Considero que la democracia es madura y los que vivimos en ella, gran parte por lo menos, hemos pasado página a la historia trágica que nos habla de esas dos Españas, que desde las grandes multinacionales quieren seguir manteniendo, pues les sale rentable. Por tanto, no veo ningún inconveniente que se abra un proceso donde buscar formulas para que esa democracia se regenera, suba en calidad y sea más participativa.
Para cuando la reforma electoral. ¿Por qué hay partidos nacionalistas en el congreso de los Diputados con menos votos que otros que no tienen o tienen poca representación? ¿Por qué esos partidos legislan al conjunto de España, cuando en sus elecciones autonómicas ya son elegidos para gobernar en el territorio que representan? Simplemente el actual modelo favorece a PP y PSOE y parece inamovible. Partidos con ideas nuevas como UPYD, IU o Equo, por decir algunos necesitan un número mayor de votos para conseguir diputados, que puedan cuestionar a estos dos colosos en las acciones que entrambos lleven a cabo por sus propios intereses.
Para que nos sirve un Senado, donde se destituye al senador discordante por realizar su trabajo que según la Constitución, que todos apoyamos aún pensando que está desfasada, no es otro más que representar a un territorio en concreto. Ya hemos visto dos casos en esta legislatura. Rajoy se ha cargado a dos senadores, por no estar de acuerdo con sus propuestas.
Y por qué no hablamos del Estado de las Autonomías. Está claro que no es eficiente, porque desde que se definió, se hizo más para para satisfacer a unos pocos que a la mayoría. Siempre lo consideraré necesario, pero necesita cambios sustanciales. ¿Estado Federal? Puede ser la solución. ¿Equiparación en competencias en todas las comunidades, incluidas las más favorecidas, como País Vasco o Navarra ? También puede ser. Cataluña pide un pacto fiscal, que en estos momentos no les serviría para salir de donde sus gobernantes la han metido, pero lo veo lógico. O País Vasco y Navarra devuelven esos privilegios que en la Transición (tal vez la gran mancha de este proceso tan importante para nuestra sociedad) se les concedió, o todas las comunidades por igual.
Un Estado de las Autonomías, que dicho sea de paso, provoca muchas voces discordantes entre los políticos, cuestionando el gasto que conlleva, pero por otra no se atreven a atajarlo de raíz. Atajarlo eliminando esas Comunidades inventadas (Madrid por ejemplo) que un día se constituyeron para seguir dando poder a esos partidos que luego trasmitían a unas pocas personas. Madrid y Castilla la Mancha,  PP y PSOE (Bueno hasta hace bien poco). Dos territorios históricamente unidos, pero que a cada gran ente política les interesaba mantener para conservar el poder. Cuanto no se ahorraría con una solo Autonomía en este ejemplo, por que con esta teoría, los territorios y por ende sus políticos se reducirían exclusivamente a los antiguos territorios históricos, que son la base de cada Comunidad.
En mi opinión, nadie está cuestionando el capitalismo, aunque se culpa a los banqueros por sus pocos escrúpulos y al Gobierno de rescatarlos, cuando existen medidas más justas, como el Fondo de Garantía, para evitar estas situaciones.....Ahh bueno que se lo cargó Zapatero....Entonces me callo.

Todos los despropósitos políticos de los últimos años. La complacencia de los grandes partidos ante lo que se puede mejorar, en pro de una buena democracia, es lo que se esta cuestionando. Por eso hay miles de personas en estos momentos manifestándose, y millones apoyándolos desde la distancia. Porque una manifestación pacífica, aún considerando que haya invitados poco recomendables, también es forma de hacer democracia. Es decirle a un Gobierno que estamos indignados y presionar para que actué, aunque le cueste el cargo al mismo Rajoy.
Seguramente no es el momento para este tipo de iniciativas aquí expuestas, pero si es el momento de exigirlas, y mantenerlas en la memoria, para que un día, podamos hablar de ellas sin tapujos ni cortapisas.


Estos dos últimos días, no son más que eso. La indignación desbordada.







No hay comentarios:

Entradas populares

Entradas más visitadas esta semana