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sábado, 27 de octubre de 2012

Mi amigo Dimitri

-¡Es curioso!. Un 25% de desempleo, las rentas disponibles para los bancos suben un 90%, mientras que la de las familias y administraciones bajan, 520 desahucios al día y los jueces emitiendo comunicados ante la pasividad de unos políticos que solo hablan de herencias recibidas y programas incumplidos.
-¿No entiendo nada? . Llevo una semana solamente en España, y todo me parece de lo más tranquilo. Esta cafetería está llena de gente, hay paz en la calle, en los bancos todo parece funcionar igual que siempre.
No hay...  eso que llaman fractura social, y que por ejemplo en Grecia, cada día se hace más notable.-

-Pobre, Dimitri,- pienso mientras le quito el periódico de hace dos días que estaba hojeando. -No sabe de que forma reconducir nuestra primera conversación, después de tres años, hacía su problema griego y está extraña visita a Jaén-
Finjo una sonrisa. -Esto es de locos. La calma que ves en la calle, es resignación a punto de estallar.
Los políticos viven en otro planeta. Los sindicatos hace tiempo que perdieron la confianza de los trabajadores de segunda como tu y como yo.

Una pausa. Todavía tengo el periódico en las manos. Mientras lo dejo en la mesa vacía de mi derecha, sigo pensando que hace este viejo amigo búlgaro, por estas latitudes. Como buen políglota lleva años viajando y a ratos trabajando por el mundo. Es cierto, que la temporada de cruceros, ya he terminado y como cada uno de los tres años anteriores, esperaba que se fuera a Grecia, a compartir el invierno con la santa mujer, que lo aguanta y lo mantiene durante todo el tiempo, en que este hombre hiberna laboralmente .
Pero no. Dimitri, está aquí. Ha vuelto a España, y no se ha quedado en Madrid, en casa de sus padres. Sino que en un extraño mensaje, me citaba en Jaén, con el pretexto que iba de paso, y le apetecía verme. Pobre Dimitri, que poco se imagina lo rápido que se le conoce.

-Sabes...hasta hace un mes, yo mismo, me sorprendía del civismo de esta sociedad.
Protestas, con algunas cargas policiales, cierto, pero en general sin grandes disturbios, un aumento de la solidaridad en las aportaciones a las organizaciones benéficas o esos comunicados de los jueces, no solo en el tema de los desahucios, sino entendiendo las protestas en la calle, con sentido común y cercanía a la gente, mantenían mi calma. Como diría Zapatero, se veían brotes verdes, en la sociedad.

-Pero eso no ha sucedido con los políticos. Siguen tirándose los trastos a la cabeza, y lo que es peor, han provocado que las opiniones de la gente se polaricen hasta los más insufribles extremos. En España, ya no solo se ha perdido el color. Ya no hay, ni tan siquiera escala de grises. O blanco o negro. Según del extremo que hayas elegido.
Nos estamos volviendo locos........Bueno, mejor no están volviendo locos.
La prensa contribuye a estos extremos radicales, haciéndoles la cama a los diferentes partidos. Y eso bien hecho, como saben, es muy peligroso.

Me tomo otra pausa. Miro a Dimitri, y lo veo con la boca abierta. Por lo menos sé, que me esta escuchando, pues no es normal en él tanta seriedad y atención. Recuerdo cuando lo conocí en Madrid y aquellas primeras sensaciones, cuando alguien no te agrada y sabes que lo vas a tener que aguantar. Luego, como suele pasar, aprendí a soportarlo y hasta nos hicimos amigos.
Por mis últimas conversaciones con él, a través del chat, conocí sus conquistas amorosas en cada puerto, y su preferencia en ese particular harén, de la griega, sobre todo porque le permitía pasar los inviernos atenienses en un apartamento confortable, sin pedirle nada a cambio. Y es que Dimitri, suele ganar bastante dinero en los cruceros donde trabaja los veranos, pero más rápido se lo gasta.  Genio y figura.

-Ya no solo los políticos de las altas esferas han perdido el rumbo. Sino que han provocado una división hacía los extremos de la gente y de los propios periodistas, que con intereses ocultos o no, están provocando una serie de sin sentidos que me asustan.-

Respiro y miro por la ventana de la cafetería. Vuelve a llover sobre mojado en Jaén. Menos mal, hace mucha falta. La campaña de aceituna se presentaba muy mala. Tal vez esto, la mejore un poco y en un mes las listas del paro se reduzcan de forma considerable en la provincia, durante un tiempo.

- Mucha culpa, tienen las tertulias de la TDT, en esos canales que se autoproclaman libres, y que se pasan de libertad. Tertulias como las de Intereconomía, donde miembros del partido popular, insinúan cosas estúpidas, sobre tanques y Cataluña, y se arma la de cristo.
Eurodiputados, exigiendo a Europa, que los tanques no entren en Cataluña, televisiones públicas disparando virtualmente a reyes y tertulianos, periodistas que acusan a otros de tener armas en sus redacciones. Periódicos que aseguran invasiones de colegios, de una forma alarmista y anticlerical, que más tarde se desmiente desde el propio colegio, en el diario contrario.
Un caos informativo, donde se confunden la información, con la mera opinión. Donde los periodistas de forma totalmente irresponsable alimentan los odios hacía el extremo contrario, e incitan a los perezosos de pensamiento, a sumarse a su causa a favor o en contra de lo que sea. Por ejemplo de una imposible escisión catalana, de España.

Dimitri, por fin cierra la boca. -¿Qué Cataluña se separa de España?-

-¡Que no!- Respondo raudo. Es solo una maniobra de distracción de unos malos gestores, que utilizando la legítima identidad catalana, intentan tapar sus miserias, con pretensiones imposibles, innecesarias e injustas para los de dentro y para los de fuera. Todo lógicamente alentado por algunos medios de comunicación.

Dimitri mira para otro lado. Está volviendo a ser él. -¿Sabes lo que me ha pasado? -
O no ha entendido esta última parte, o sencillamente no le interesa. Ahora va a contarme lo que ya he deducido. Que la griega se ha cansado de mantenerlo, pues bastante estará haciendo ya ella, para subsistir con un sueldo mínimo, como para mantener a un gorrón vago, y que está desesperadamente buscando trabajo, para no volver a casa de sus padres arruinado, después de tantos años de orgullosos desplantes.
Su mirada al horizonte, donde a lo lejos se ven olivares, era la última prueba que necesitaba para adivinar la deriva que iba a tomar la charla.

Pero eso, es ya una conversación privada con un amigo.......



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