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martes, 29 de enero de 2013

¿A cómo sale el apendicitis?

¿Absurdo título verdad?. Más si cabe, cuando estas líneas se escriben desde el país, que lleva muchos años siendo referente en sanidad de calidad y pública.

El otro día, leyendo una de las millones de cartas, que las compañías de seguros médicos americanas envían a sus clientes cada año, comunicándoles los cambios en sus pólizas, imaginaba como se deben de sentir, cada vez que vean, que les han suspendido la cobertura de quimioterapia, la de diálisis o la patologías del órgano reproductor (por poner un ejemplo). ¿Que pueden hacer? Pierden su tiempo buscando otras ofertas en el mercado, se arriesgan a pasar un año sin esa cobertura o simplemente hacen cálculos para saber si llegado el caso se lo podrían permitir.
Que paranormal es todo en el ombligo del mundo. Tan poderoso y desarrollado, como inmoral, hasta el punto de que cualquiera lleve una recortada bajo la gabardina, que un autónomo o empleado en una pequeña empresa no tengan derecho a constiparse, que puedan electrocutar a una persona en algunos Estados o dejar morir a 72 al año por no disponer de asistencia médica.
Que quieren que les diga. A veces me siento orgulloso de la vieja Europa.
Estas cartas llegan cada día. Es algo habitual. Y pasa por la sencilla razón, del exceso de burocracia. Todo funciona con papeles, y como estos papeles tan técnicos el común de los mortales no los entendemos, firmamos tratamientos médicos que no nos han hecho, facturas abultadas, pruebas innecesarias y caras. Lógicamente el hospital saca beneficio y la aseguradora lo repercute al cliente. Un latrocinio en toda regla, para llenar los bolsillos de unos pocos.
Otro daño colateral de la civilización que se guía por teorías ideológicas. Teorías, como esa que algunos llamamos libre mercado, otros hemos acordado ponerle el mote de capitalismo salvaje y así a bote pronto, bien podríamos llamar desnaturalización evolutiva.

Hemos evolucionado tanto, que nos privamos de lo que un día disfrutaron nuestros ancestros. El pensamiento interno y profundo, más allá de ideologías preconcebidas. Hemos pasado de luchar por la felicidad con esfuerzo y dedicación (aquella que cada ser humano anhele, da igual) a conformarnos con ráfagas de satisfacción, generalmente conseguidas a través del dinero. Nos compramos unos zapatos, el coche que nos gusta, el teléfono con el que fardar, y al poco tiempo, esa felicidad se pasa y necesitamos sustituirla. Eso es normal, el ser humano necesita de sueños para vivir. El problema es que cuando estos se consiguen gracias al dinero, normalmente duran poco. Escasean las personas que buscan sus sueños con esfuerzo, con dedicación, disciplina. Es más fácil soñar con algo que se puede comprar con dinero.

Después de leer la dichosa carta, continué con mi ronda de información, esta vez de actualidad. De nuevo la misma cantinela. La herencia del Gobierno anterior, (como si no supiéramos a estas alturas, que por norma general las herencias traen problemas), el déficit, chorizos con corbata, desempleo, un señor con gafas y barba al lado de Rajoy que dicen que es su doble, (todavía estoy aturdido de la impresión que causa ver como se pierde el tiempo periodístico en este tipo de cosas, como si no hubiera otras más importantes) y urgencias cerradas en Castilla- La Mancha , porque no son rentables. ¿¿Como??
Si ya empezamos a ponerle precio a la salud en España mal vamos.
Sigo con la actualidad, uno que firma como duque em... Palma....do, columnistas de oro, más desempleo y el personal sanitario de toda España, y Madrid en concreto, en pie de guerra para que no se privatice la sanidad. ¿¿Como??
No habíamos quedado que nuestro sistema de salud era envidiable. La OCDE lo califica, como uno de los sistemas sanitarios más económicos del mundo ''desarrollado''. Con un coste de 1.400 € al año por persona, un dato muy por debajo de la media de la Unión Europea, e infinitamente inferior a la de EEUU, no es lógico pensar que incluso está por debajo de nuestras posibilidades. Que incluso lo podemos mejorar, aunque en el camino haya que hacerlo más eficiente.

¿Que más da quien lo gestione, entonces? Si es un sistema asequible, público, universal y gratuito, para que dejarlo en manos de la codicia. No hemos aprendido que la avaricia de la gran empresa privada que se mete a negociar con lo esencial del ser humano, destroza el alma de las personas y causa dolor. Que me dicen del drama de los desahucios. O del silencioso drama de la alimentación. Ese que sucede en el contenedor de su calle, y que organizaciones como Cáritas y Cruz Roja con todo el esfuerzo humano posible ayudan a paliar en la medida de lo posible, mientras que los agricultores de España tiran a la basura sus cosechas porque el mercado lo monopolizan dos o tres empresas con las que no pueden negociar.   Y ahora se nos ocurre también negociar con la salud, el único activo junto con la educación que nos queda como sociedad, alejado de la rapiña empresarial  (la poca que hay sin escrúpulos, por favor que no se generalice porque necesitamos a los buenos empresarios).
Privatizar la sanidad, no es la solución, solo parte de un problema que se agravará cuando entren en juego intereses comerciales, y que en un escenario catastrofista puede derivar a una sanidad paralela a través de ONG's, que con los medios de los que disponen, solo es posible compararla con las casas de beneficencia de la Edad Media, y además habrá que estarles agradecidos por su labor desinteresada pero flagrantemente insuficiente.

¿Por qué no nos hablan claro? Si la Seguridad Social está a punto del colapso, no es por el coste de sus servicios sanitarios, es porque no han conseguido incentivar el empleo. Es el fracaso más rotundo de la política en este país. Si la Seguridad Social está en situación deficitaria es porque tiene un problema que aún ningún partido político se ha atrevido a abordar. 
Haciendo un sencillo ejercicio de razonamiento, si cada vez vivimos más años y por lo tanto somos cada vez más pensionistas, tenemos menos hijos, y los inmigrantes que necesitamos (los que vienen a trabajar y a cotizar) se van porque no encuentran trabajo, es imposible mantener el nivel adquisitivo de las pensiones, tal y como las conocemos.
Sin cortapisas, si hoy la pensión de jubilación en España, cubierta por el Estado, es mala e ineficaz, ¿Como será dentro de 30 años? Creo que todos tenemos claro, que de existir, no será más que una simple compensación de subsistencia. Entonces porque no nos incentivan para buscar formulas privadas complementarias a esa jubilación. Activos financieros, inmobiliarios, rústicos....cualquier forma de prevención ante la disminución de ingresos que supone la jubilación y abordan en serio un problema que si se posterga en el tiempo se volverá traumático. Tal vez, la primera medida, sería enseñar esos sistemas complementarios de jubilación desde los colegios e institutos y hacer campañas para informar y formar a toda la sociedad sobre la importancia del ahorro.
Obviamente, estoy haciendo políticas de taberna. Esa que suele darse entre amigos que intentan cambiar el mundo en un momento, pero en mi opinión no es ninguna locura separar cuando opinamos sobre la Seguridad Social española, lo que es asistencia sanitaria y pensiones, ya que entonces nos volvemos más objetivos y realistas. 

Puede ser que si nuestros profesionales políticos, escucharan los tabernarios debates, trabajarían mucho más cerca de la realidad, que tanto esquivan.



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